Una adolescente santiagueña, de 15 años, reveló a un grupo de asistentes sociales que era acosada por un vecino pero la historia se volvió aún grave, ya que terminó internada en un centro privado de salud por consumo de ansiolíticos y el acusado, de 37, evitó la detención.
En la escuela, la alumna participó de una charla sobre ESI. Luego, pidió hablar con los visitantes y les confió que hace varias semanas su vecino la acosaba y había llegado a manosearla.
Urgente, el tema fue girado a las autoridades escolares y la familia de la menor, pero vale subrayar que su cuadro reflejaría absoluta vulnerabilidad, al menos fue la primera conclusión policial.
Antes de que le fuese notificada la medida de detención, el individuo interceptó a la estudiante en la calle, mientras acompañaba a sus hermanitos a la escuela. El sujeto le reprochó que sacara su nombre y hasta le habría advertido que sufriría las consecuencias.
Mientras la policía lo buscaba, el ya imputado logró burlar el “cerco”, huir y ocultarse, a la espera que su abogado.
En base a la imputación, el juez de Control y Garantías, Diego Vittar, hizo lugar a la eximición de prisión, pero la supeditó al cambio de domicilio del denunciado. Éste “desapareció” del lugar y sigue libre, al menos hasta el 24 de este mes en que la menor será escuchada en Cámara Gesell. En forma paralela, la menor se descompensó, fue conducida al CIS de Las Termas y derivada a un centro de salud privado de capital, al parecer con consumo de ansiolíticos.