El cantante habló con Jorge Cuadrado en la Súper Mañana de la Suquía.
Abel Pintos, uno de los más grandes artistas argentinos de los últimos tiempos, se presentará el próximo 12 de noviembre en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. En su gira promocional, el cantante visitó los estudios de la Súper Mañana de la Suquía para tener un mano a mano con Jorge Cuadrado.
Abel empezó contando cómo se adapta a los cambios de la industria y el regreso tras el parate por la pandemia: “Yo nunca paro, hago muchos conciertos. Ésta es la era del contenido y hay una revolución de estar subiendo cosas todo el tiempo. Yo soy medio vieja escuela. Siento que en el vivo está el verdadero contacto con el público y es lo que me gusta. Primero la raíz y después lo demás“.
“Disfruto de las oportunidades que brindan las redes, pero las cosas en vivo y conversadas me gustan más, las disfruto“, explicó el cantante, que viene de hacer 31salas llenas en el Teatro Opera Orbis en Buenos Aires.
“Este concierto que hago es una celebración para todos mis discos y una forma de celebrar mi vínculo con la gente. Hace 22 años que hago conciertos en Córdoba y tengo fanáticos que me siguen desde el inicio“, dijo al contar que su primera presentación en la ciudad fue en el Estadio del Centro, donde sólo logró vender 60 entradas en la década de los 90.
Sobre su pasión por el canto, dijo: “Cuando era chico, yo quería cantar todos los días a toda hora. Quería ser como Mercedes Sosa y tener una carrera de cantante. Ahora tengo una carrera como cantante porque me gusta cantar, si no lo hubiese dejado. Canto todos los días de mi vida, en casa y en todos lados“.
“No suelo tener la guitarra a mano, cuando estoy sólo canto a capela y lo que tenga ganas de cantar en el momento“, agregó.
Su vida en familia
“Estoy viviendo en resistencia. Decidimos mudarnos en el momento más duro de la pandemia, porque mi familia es unida en el amor y corazón, pero está esparcida en distintos lugares. En Buenos Aires estábamos solos y decidimos irnos. No somos de atarnos mucho a nada, hicimos las valijas y nos fuimos”, contó Abel.
El cantante de Oncemil contó que lo primero meses vivieron en casa de sus suegros, hasta que se mudaron a un departamento y finalmente se hicieron su casa propia. “Sabemos que Resistencia va a ser el hogar y la piedra fundamental de nuestra familia”, aseguró.
Consultado sobre en qué cambió su vida tras la paternidad, dijo: “Mis dos hijos han logrado un ejercicio que yo antes no hacía, el separar al artista de la persona. Ahora vivo para hacer música y la hago para que mi familia viva. Yo deje de estar en la cabecera de la mesa, que era mi vida, y me senté en una mesa redonda“.
El poder de su música
“Afectar a través de la música a los demás, es un poder muy grande. No se sabe cuál es la fórmula para que una canción sea exitosa, pero muchas veces no me esperaba en absoluto que una canción tenga el éxito que logra. Sí me ha pasado de escribir canciones que estaba seguro que iban a ser grandes dentro de mi repertorio y mi público, y así ha sido. Hay temas que no son muy comerciales, pero son una bandera para mi público“, dijo el artista.
“A mi nunca me gustó dejar al público cantar la canción entera, porque pagan la entrada para verme a mi. Cuando era chico no me gustaba que los artistas hagan eso. Pero ahora me es difícil no quedarme callado y que el público cante“, aseguró.
Abel contó que le gusta leer porque le aporta “vocabulario y conocimiento“. “Además, la literatura me da la versatilidad de la cantidad de formas que existen de relatar o contar algo en un libro. Me gusta eso, porque a la hora de escribir una canción lo pongo en práctica“, sostuvo.