La joven de 25 años denunció que estuvo tres horas demorada sin saber por qué.
Una joven denunció que fue víctima de violencia institucional a la salida de un boliche de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires. La mujer asegura que pasaba por el lugar, la tomaron del brazo contra un patrullero, la arrojaron al piso y la esposaron para luego trasladarla a una comisaría donde estuvo tres horas demorada sin saber por qué.
Según relató la joven de 25 años, todo sucedió el domingo alrededor de las 6 de la mañana a la salida del boliche Club 26, en avenida Independencia y Alberti.
“Cuando salíamos, mi hermana se había adelantado una cuadra más. Yo la intenté alcanzar y en la esquina paró un patrullero porque había disturbios en la esquina y cuando intenté pasar, un efectivo policial masculino me agarró y me puso contra el patrullero“, dijo la víctima.
A pesar de los gritos de la joven, exigiéndole que no la toque y que se identifique, el policía continuó con su accionar. Incluso, el oficial la redujo tirándola al suelo con una maniobra de artes marciales.
“Cuando me tira al piso me empieza a forcejear el brazo para ponerme las esposas, logra hacerlo y me pone la mano atrás. Yo me estaba sosteniendo la ropa porque sino me iba a quedar desnuda. Me pedía la otra mano y me ajustaba más la otra esposa para que me doliera y acceda a darle el brazo“, relató.
La denunciante recordó que estuvo unos tres minutos en el piso hasta que llegó una oficial mujer que la trasladó a una comisaría.
Estuvo tres horas demorada en la comisaría segunda sin saber por qué la tenían retenida: “No me dio motivos, me enteré por qué me habían arrestado después de estar tres horas en la comisaría cuando me dan un firmar un papel en el que yo supuestamente estaba por conflictos en la vía pública y yo no estaba ni enterada de lo que había pasado”.
Sobre las condiciones de detención en la comisaría, añadió: “Fue horrible. Estaba en un cuartito y ese día hacía mucho frío. Yo estaba de pollera y un top con la espalda descubierta y estuve las tres horas muriéndome de frío hasta que viene una policía que me preguntó si estaba bien, le dije que me estaba descomponiendo del frío y ahí sí me trajeron una campera”.
Luego de superar la situación, la joven formalizó una denuncia ante la Justicia para determinar las responsabilidades de un operativo que, además de calificarlo como desproporcionado, asegura que no tuvo razón de ser porque no estaba cometiendo ningún delito o contravención.