Varios manifestantes fueron hospitalizados con heridas y la policía detuvo a periodistas y a un abogado.
Agencias Télam y AFP.
Un dirigente cercano al huido expresidente de Sri Lanka fue nombrado este viernes primer ministro, luego de que fuerzas de seguridad desalojaran el principal sitio de protestas ocupado por manifestantes indignados con la clase política por el colapso económico del país.
El operativo de represión nocturno fue lanzado pese a que los manifestantes habían anunciado que se desconcentrarían, y la ONU, Estados Unidos y otros países denunciaron la mano dura utilizada.
Un abogado de derechos humanos dijo que varios manifestantes fueron hospitalizados con heridas y que la policía detuvo a periodistas y a otro abogado.
Los esrilanqueses han tomado las calles durante meses para exigir la renuncia de sus líderes ante una crisis económica que dejó a la nación insular surasiática de 22 millones de habitantes desabastecida de medicamentos, alimentos y combustible.
La semana pasada, los manifestantes ocuparon la sede de la Presidencia y otros edificios públicos y forzaron la huida al extranjero del expresidente Gotabaya Rajapaksa, cuya familia ha gobernado a Sri Lanka la mayor parte de las dos últimas décadas.
Fue reemplazado en el cargo esta semana por Ranil Wickremesinghe, el primer ministro que él había nombrado en mayo para liderar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de un paquete de asistencia financiera para el país en bancarrota.
Wickremesinghe fue elegido presidente hace dos días por el Parlamento, y ya nombró premier a su amigo de la infancia y compañero de colegio Dinesh Gunawardena, de 63 años y miembro de una importante familia política.
El lunes pasado, cuando era presidente en funciones, Wickremesinghe declaró el estado de sitio para poder lidiar con las persistentes protestas, y este viernes emitió un decreto que ordena a las fuerzas de seguridad mantener la ley y el orden en todo el país.
Antes del amanecer, cientos de policías y soldados destruyeron el principal campamento de manifestantes en la capital, un parque ubicado cerca del palacio presidencial, y desalojaron a los activistas varias horas después, informó la agencia de noticias AFP.
Equipados con material antidisturbios, la policía y los militares retiraron las barricadas que bloqueaban la entrada principal del palacio presidencial, invadida en parte por los manifestantes a principios de julio.
“Nueve personas fueron detenidas”, de las cuales “dos resultaron heridas” durante la operación de desalojo, afirmó la policía en un comunicado.
Según testigos, los soldados detuvieron a varias personas y destruyeron las tiendas de campaña instaladas a lo largo de la avenida que conduce al palacio, mientras que la policía bloqueaba las calles adyacentes para impedir la llegada de nuevos manifestantes.
Los soldados también fueron vistos cuando atacaban con porras a civiles, incluidos periodistas, mientras avanzaban hacia los grupos de manifestantes congregados en el sitio.
La coordinadora de la ONU para Sri Lanka, Hanaa Singer-Hamdy, expresó su grave preocupación y dijo que periodistas y activistas de derechos humanos no deben ser impedidos de supervisar manifestaciones.
“Las acciones que sofocan protestas y el derecho a la reunión pacífica pueden empeorar la inestabilidad económica y política de Sri Lanka, dijo Singer-Hamdy.
La embajadora estadounidense en Colombo, Julie Chung, expresó su “profunda preocupación” por esta operación militar. “Instamos a las autoridades a que actúen con moderación y proporcionen atención médica inmediata a los heridos”, tuiteó.
El embajador canadiense David McKinnon dijo que “es crucial que las autoridades actúen con moderación y eviten la violencia”.
Amnistía Internacional instó a las autoridades de Sri Lanka a respetar la disidencia y condenó el uso de la fuerza contra periodistas, entre ellos un fotógrafo de la BBC, que cubría la operación militar.
El líder de la influyente Asociación de Abogados de Sri Lanka, Saliya Peiris, condenó la acción militar y advirtió que dañará la imagen internacional del nuevo Gobierno.
“El uso innecesario de la fuerza bruta no ayudará a este país y su imagen internacional”, advirtió Peiris en un comunicado. Indicó que varias personas, incluido un abogado y u periodista, fueron detenidas por las fuerzas del orden.
Wickremesinghe, que fue seis veces primer ministro, debe completar el mandato de Rajapaksa, que finaliza en noviembre de 2024.