El especialista descarta las hipótesis de violación o la participación de un sicario en el hecho.
Continúa en la ciudad de Río Cuarto el juicio por el asesinato de Nora Dalmasso, quien fue encontrada muerta en su casa en noviembre de 2006. En ese marco, el médico Ricardo Cacciaguerra declaró que a su criterio la víctima sufrió “violencia sexual y física en estado de inconsciencia” y que su agresor fue uno solo, la sorprendió y la mató porque lo conocía.
Esto descarta la muerte durante un “juego sexual”, veredicto que contrasta con la hipótesis del hijo de la víctima, que sostuvo que su madre “esperaba a alguien”. Los jurados, abogados y jueces recorrieron la casa de Villa Golf donde se produjo el asesinato.
Sin embargo, el médico forense Mario Vignolo, quien fue supervisor de la autopsia realizada al cadáver de la mujer, indicó otras especificaciones a Lalo Freyre en la Super Mañana de la Suquía.
“A mi me llamaron de la Fiscalía General en segunda instancia, unos 10 días después del hecho, porque habían surgido diferencias entre los peritos de parte de Buenos Aires y los forenses de Río Cuarto. Mi informe coincidió más con lo que habían visto los peritos oficiales, que habían realizado la autopsia“, contó.
Luego, indicó: “Cuando empecé a escuchar las declaraciones, recordé detalles que no me acordaba, aunque hay cosas que uno nunca se olvida. Tuve que recurrir a mi informe“.
“Más que un juego sexual, para mi fue una relación sexual consentida. Hay diferentes relaciones, unas más bruscas que otras. Para mi fue una relación consentida con el victimario encima de la víctima, con alguna situación que surgió durante el acto y llevó al sujeto a valerse del cordón de la bata que estaba en la cama para estrangularla. No había llevado nada para matarla. Nora también tenía un golpe en la zona temporoparietal, porque estaban en una cama chica contra la pared, pero no creo que haya perdido el conocimiento por eso“, sentenció. Cabe recordar que el cuerpo de la mujer fue hallado en la habitación de la hija.
Algunos investigadores barajaban la hipótesis de que hayan simulado el juego sexual para tapar el crimen y había versiones de que el nudo del cordón indicaba que el asesino sabía de campo, porque es el que se usa en la yerra de ganado. Al respecto, Vignolo dijo que “el nudo no era muy frecuente, pero tampoco tan raro. El cuerpo no tenía signos de defensa, ni había rastros bajo las uñas. Tenía marcas de dientes en el seno, pero corresponden más a un acto sexual brusco que a un hecho de violencia“.
Cualquiera de estas dos hipótesis, la del abuso o la de la relación sexual consentida, saca el foco del único acusado en la causa: el marido de la víctima, Marcelo Macarrón.