Ambos elementos serán incorporados en la causa y se investigará la relación con el asesinato de Cecilia Strzyzowski.
Ayer por la tarde, un oficio del Servicio Penitenciario de Chaco alertó a los investigadores del femicidio de Cecilia Strzyzowski y a la querella del caso que dos curiosos mensajes habían sido encontrados como contrabando en un paquete de comida y elemento de higiene dirigidos a César Sena, uno de los acusados por el caso.
Ambos mensajes fueron supuestamente entregados por Mariano Sena, hermano de César, en el Complejo Penitenciario 1° de la provincia, donde el joven de 19 años se encuentra detenido.
Se trata de una hoja de carpeta rayada y un ticket bancario. La hoja, disimulada dentro de un cuaderno, requerirá que un perito la descifre: está escrita con “tinta invisible”, posiblemente jugo de limón, para ser leída por fricción o a contraluz.
El ticket del Nuevo Banco del Chaco detalla un giro de dinero, igual de misterioso. La extracción de un millón de pesos tiene fecha del 17 de octubre y fue realizada por Emerenciano Sena en la sucursal 30 de Resistencia. La cuenta está a nombre de la Fundación Dr. Saúl Andrés Acuña, hoy intervenida por la Justicia.
El destinatario es Marcelino Barrios, un hombre de 66 años de Resistencia, dedicado en los papeles a la venta de materiales de construcción. Personas cercanas al hombre aseguran que “le venden productos de corralón” al Movimiento Emerenciano Sena hace varios años y que cuentan con facturas y comprobantes. Qué hacía ese ticket en el paquete destinado a César se vuelve un interrogante.
Según información obtenida recientemente, el 6 de junio, el mismo día que Gloria Romero hacía la denuncia por la desaparición de su hija, el principal sospechoso de haberla matado y su madre, esposa de Emerenciano e imputada como coautora del crimen, compraban un nuevo teléfono celular.
El momento quedó registrado por las cámaras de seguridad del local, ubicado en calle Juan Domingo Perón al 100, en la ciudad de Resistencia. Para el Equipo Fiscal Especial que investiga el caso, los Sena descartaron los teléfonos que tenían con anterioridad al crimen de Cecilia, con el objetivo de “hacer desaparecer cualquier rastro del delito”.
De acuerdo a la reconstrucción que efectuaron los investigadores, hasta el lunes 5 de junio César conservaba su aparato y el de Cecilia, desde donde respondía mensajes haciéndose pasar por ella.