Al delincuente le llenaron el rostro a golpes y tuvo que desistir de ingresar a la casa donde había roto un vidrio para entrar.
El que dijo que las escobas y los escobillones sólo sirven para barrer se equivoca. En Zárate, en la provincia de Buenos Aires, un escobillón bien utilizado como arma de defensa sirvió para evitar un robo.
Cuando desde el interior de la vivienda sintieron que un delincuente rompía el vidrio de la ventana para ingresar a la vivienda, desde adentro comenzaron a lanzar certeros golpes con un escobillón.
Al principio, el ladrón logró zafar y hasta parecía salirse con la suya, pero la base del escobillón se zafó y el malhechor comenzó a recibir golpes con la punta del palo, lo que amenazaba con sacarle un ojo.
El resultado final fue la retirada definitiva del delincuente, quien seguramente soñará con brujas y escobas. Mirá el video que publicó Hechos y Derecho: