Le dispararon para asaltarlo en la avenida Renault y dos enfermeras lo asistieron hasta que llegó la ambulancia

Ocurrió en la noche del miércoles. Las mujeres contaron lo sucedido a la Súper Mañana de la Suquía.

Cerca de las 22 del pasado miércoles, Franco salía de trabajar cuando un motochorro quiso asaltarlo en la rotonda de avenida Renault y José Benito Cottolengo de la ciudad de Córdoba. El delincuente forcejeó con él y le terminó disparando en una pierna. Afortunadamente, el malviviente escapó rápidamente del lugar y dos enfermeras que estaban en el sector lo asistieron hasta que llegó la ambulancia.

Nosotras salimos a comprar a un kiosco 24 horas sobre la avenida Renault y sentimos que una moto hacía como un corte. Entonces, nos asomamos para ver qué estaba pasando y vimos que Franco estaba forcejeando con el motociclista. En ese momento escuchamos un tiro y la verdad es que nos escondimos un poco, porque estábamos solas y nos dio miedo“, comenzaron relatando Micaela y Marisel, dos enfermeras que fueron testigos del hecho y asistieron a la víctima.

Apenas vimos que la moto se fue, corrimos para ver qué había pasado y ahí nos encontramos con la triste escena de ver a Franco todo ensangrentado, perdía mucha sangre por el balazo en la pierna, y tenía un traumatismo grande en la cabeza. Rápidamente lo asistimos y le pedimos que se sentara en el piso. La bala le tocó la vena, por eso sangraba tanto“, continuaron relatando.

Las enfermeras continuaron relatando: “Rápidamente se llegaron los compañeros, seguramente por el ruido de los tiros. Había un olor a pólvora muy fuerte. Fue un momento muy feo. Ellos llamaron al servicio de emergencias, que tardó unos 10 minutos“.

La inseguridad en la zona es bastante. Nosotros nos alertamos cuando escuchamos el ruido de la moto, porque es frecuente este tipo de ataques. Andan armados y no tienen problema de hacerte daño. A lo mejor no te disparan al cuerpo, pero tiran tiros al aire y uno no sabe qué son capaces de hacer“, aseguraron las testigos.

Finalmente, contaron: “Mientras nosotros le hablábamos a Franco, para que no se desvaneciera, él nos decía indignado que le había tirado a matar y que al motochorro no le importaba ni el celular ni nada“.