Una mujer que estaba en el lugar de los hechos contó los detalles en la Súper Mañana de la Suquía.
Informe Alejandro Pozo.
Un adolescente de 16 años fue asesinado durante el fin de semana de un golpe en su cabeza, en el marco de una pelea callejera que se dio en cercanías al Anfiteatro José Hernández de Jesús María, donde se realizaba la segunda jornada del Festival Nacional de Doma y Folclore. Por el crimen hay 20 jóvenes detenidos.
“Estábamos esperando en la calle por donde salía la Sole en la parte de atrás del anfiteatro. Vimos una corrida de chicos, todo en esa misma cuadra. Habrán corrido media cuadra, le pegan a este chico y se vuelve con otro más, pero ya lo traía desmayado y todo ensangrentado. Pero lo tuvo que soltar porque le seguían pegando desde atrás“, relató una testigo clave a la Súper Mañana de la Suquía.
Luego, continuó: “No era una pelea entre bandas. Era el chico muerto con uno más, contra unos 15 o 20 adolescentes, todos menores. Cuando llega a donde estábamos nosotros, una chica le pegó con una botella de vodka en la cabeza. Ahí, el acompañante se escondió detrás de un contenedor para que lo dejaran de pegar“.
“El chico estaba con los padres. La madre llegó y empezó a llamar al marido, que estaba comprando algo, para pedirle que llevara el auto para sacar a Agustín, que le habían pegado. Nadie pensó que estaba muriendo. Yo le decía que no esperara el auto y que lo sacara porque tenía mucha sangre en el cuello“, dijo la mujer.
La testigo contó: “En un momento tembló y suspiró. Ninguno, ni los policías que estaban ahí, pensamos que se estaba muriendo, sino le hubiéramos dado otro tipo de auxilio“.
“En eso llega el padre, que lo dejaron pasar con el auto. Cuando lo estaban por subir, llegó la ambulancia y le dijeron que no tenía signos vitales. Empezaron a reanimarlo, la madre se tiró al piso, el padre gritaba. Fue horrible“, indicó.
Consultada sobre los atacantes, dijo: “Uno de los agresores se quedó en el lugar. Estaba en cuero, tenía mucha sangre en la espalda y estaba con una de las chicas. Estaban viendo que pasaba. Él le pedía que le pusiera la remera, porque tenía mucha sangre en la espalda. Pero ella no se daba cuenta y le limpiaba”.