Un compañero de la fuerza tuvo que interceder en la riña para evitar que siguieran agrediendo al uniformado.
Un policía neuquino asesinó a un joven mecánico de un disparo en el pecho en la tarde del jueves, mientras conversaban en el interior de un taller de chapa y pintura. Según trascendió, durante el intercambio, el uniformado -de 28 años- sacó su arma, comenzó a manipularla y esta se gatilló por accidente.
El primo de la víctima, identificada como Diego Nicolás Escobar (29), fue quien se encargó de alertar a las autoridades de lo sucedido. Sin embargo, antes de que procedieran a detener al uniformado y posteriormente trasladarlo a una dependencia policial, familiares y conocidos del difunto confrontaron a su asesino.
Tal y como muestran las imágenes divulgadas en Twitter por el periodista Rigo Castaño, el hombre fue agredido a fuerza de golpes y patadas. Mientras que un muchacho le propinó una trompada que lo hizo caer al piso, otro lanzó una patada voladora que impacto en su espalda.
Un compañero de la fuerza tuvo que interceder en la riña para evitar que siguieran agrediendo al uniformado, al tiempo que llegaba más personal policial al lugar.
Mientras tanto, el cuerpo de Diego fue llevado a la Morgue Judicial para efectuarse la correspondiente autopsia y personal de la División Homicidios, de Criminalística y de Metropolitana iniciaron labores para confirmar el relato de testigos o determinar qué fue lo que ocurrió.
La fiscal del caso, María Eugenia Titanti, confirmó que el arma accionada de manera accidental era una Bersa Thunder de 9 milímetros.
El padre de la víctima, cuando se enteró del asesinato, debió ser asistido por personal médico. Una vez recuperado, brindó testimonio al medio neuquino y reveló que el policía y la víctima eran “amigos de toda la vida”. “Hacia apenas tres días que trabajaba en el taller de chapa y pintura. Antes laburaba conmigo”, lamentó.