El hombre recibió una puñalada en el pecho y su novia asegura que no quisieron atenderlo en el hospital por ser extranjero.
Matías Rosales fue asesinado en Oruro, Bolivia, como consecuencia de haber recibido una puñalada en el pecho. Estaba junto con su novia, Florencia, con la que compartían un viaje de mochileros que venían planeando desde hace un tiempo. Son los pocos datos que existen sobre su muerte por estas horas.
El homicidio del joven neuquino abrió una investigación que está a cargo de la fiscal Reynilda Callejas Silvestre y que, por el momento, no arrojó ningún resultado concreto que permita conocer al detalle cómo fueron los últimos minutos del hombre antes de su muerte. Ni la policía local ni la fiscal pudieron dar con el asesino.
Este jueves, a través de un medio de Neuquén, se conoció un video en el que se ve al joven apuñalado y su novia al lado de una ambulancia, en la puerta de un hospital. Florencia, desesperada y desencajada, pide ayuda, asegura que el servicio médico tardó 40 minutos en llegar al lugar donde había caído su pareja y advierte que la gente que estaba en el lugar le negó un teléfono para llamar al sistema de emergencias.
Además, visiblemente angustiada, grita que a su novio lo subieron a la ambulancia con signos vitales y que le negaron la atención médica de emergencia por ser extranjero. Ese video se expandió por los medios nacionales, por lo que las autoridades diplomáticas argentinas cambiaron el foco de su trabajo, que pasó de ser puramente administrativo a poner bajo la lupa la atención médica que recibió la pareja.
La familia y la novia de Rosales aseguran que el joven no fue asistido como correspondía y que falleció como consecuencia de esa desatención. Los padres llegaron anoche a Oruro, donde hoy se reunirán con la joven, las autoridades del gobierno argentino, la fiscal que lleva adelante el caso, el fiscal general y la policía.
El embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, y el cónsul, Santiago Odobez, viajaron hoy desde La Paz hacia esa localidad para encontrarse con los parientes. Ambas autoridades quieren conocer al detalle lo que Florencia vivió en el momento del asesinato de Rosales y las horas que siguieron. Necesitan armar el rompecabezas. Tiempo, lugar y protagonistas.
Hasta acá los representantes del Gobierno obtuvieron información de distintos sectores del estado boliviano sobre cómo habrían sido los hechos. Hay unidad de criterio en todos los informes. Para el Jefe de la Policía, el director del Hospital, la titular del servicio de emergencias nacional y las autoridades del ministerio de Salud boliviano, Matías Rosales falleció en el lugar de la puñalada. Sostienen que cuando se subió a la ambulancia ya no tenía signos vitales.
El miércoles por la mañana se le hizo una autopsia, de la que se tendrían los resultados los primeros días de la semana que viene.
El Gobierno esperará el avance de la investigación para ejercer un reclamo diplomático ante Bolivia por lo que, según considera la familia, fue un accionar negligente del sistema de emergencia. La fiscal del caso ya tiene en su poder las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel dónde paraban los argentinos, que está situado a la vuelta del lugar donde fue apuñalado Rosales.
Esas imágenes dejarán a la luz cuál fue la secuencia de tiempo en la que sucedieron los hechos. La cantidad de minutos que tardó la ambulancia, si había transeúntes presentes en el lugar, si recibió ayuda inmediata, si alguien se acerco a la pareja, si se puede divisar quién fue la persona que asesinó al joven y cuánto tiempo pasó desde que lo apuñalaron hasta que un servicio médico lo atendió. Faltan certezas.