Un hombre incendió la habitación donde vivían en un hotel familiar del barrio porteño de Barracas.
El ataque lesbofóbico que ocurrió en el barrio porteño de Barracas la semana pasada se cobró una nueva víctima fatal este domingo. Se trata de Andrea Amarante, una mujer de 42 años que se encontraba internada en estado crítico en el Hospital Penna con el 75% de su cuerpo quemado. Con este último fallecimiento, el incidente ha dejado un total de tres víctimas fatales. Justo Fernando Barrientos, señalado como el autor del atentado, continúa detenido.
Amarante era una de las sobrevivientes del trágico incendio ocurrido en el boliche República Cromañón el 30 de diciembre de 2004, el cual resultó en la muerte de 194 personas y numerosos heridos.
La víctima se suma a las previamente fallecidas Pamela Cobas (52) y Roxana Figueroa (52), quien sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo.
Según pudo reconstruir la Justicia, Barrientos incendió la habitación de una pensión familiar en la que residían las dos parejas de mujeres lesbianas. La única sobreviviente fue Sofía Castro Riglos, de 49 años, quien sufrió lesiones menos graves pero aún permanece internada en el Hospital del Quemado por recomendación médica.
El acusado aún no ha sido interrogado y el juez Edmundo Rabbione, a cargo del Juzgado N° 14 de forma interina, deberá determinar si es o no inimputable. Hasta el momento, el magistrado no ha decidido si aplicará al acusado el agravante establecido en el artículo 80 del Código Penal, que considera los asesinatos como femicidios agravados por el odio hacia el género, la orientación sexual, la identidad de género o su expresión.
Cobas y Figueroa eran pareja y compartían la habitación 14 con Amarante y Castro Riglos. Los vecinos recordaron que Barrientos vivía en la pensión de la calle Olavarría desde hace varios años y, según testigos, “las odiaba por ser lesbianas“. “Les llamaba ‘engendros’ por su orientación sexual. Les decía ‘tortas’, ‘gorda sucia’“, reveló un vecino.
La Policía de la Ciudad llevó a cabo una pericia de bomberos en la habitación donde ocurrió el incidente. El contenido del testimonio de Sofía y los resultados de las pruebas se mantienen en estricta confidencialidad. Las primeras investigaciones revelaron que no se utilizó una bomba tipo Molotov en el ataque.