La portavoz de Presidencia admitió los problemas para controlar la suba de precios “que hacen muy difícil la vida cotidiana” de la gente.
La batalla contra la suba de precios se le hizo cuesta arriba al gobierno de Alberto Fernández: el índice de febrero marcó 6,6% y el acumulado interanual llegó al 102,5%, el máximo en los últimos 32 años. En ese contexto, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, admitió la preocupación de la administración nacional con una frase contundente: “El dato de la inflación nos parece malísimo, no era lo esperado”.
La funcionaria, en su conferencia de prensa semanal, aclaró que en estas expresiones “no hay ningún reproche” de Alberto Fernández al ministro de Economía Sergio Massa, porque “ambos trabajan en conjunto” para encontrar soluciones.
“El Gobierno entiende que se hace muy difícil la vida cotidiana, el estado de ánimo, y está comprometido a seguir avanzando”, agregó Cerruti, antes de apuntar que “los números de la macroeconomía hoy no indican que tuviera que haber estos niveles de inflación porque las variables están bajo control”.
En otro pasaje de la conferencia, la portavoz de la Presidencia aseguró que “las explicaciones no son excusas frente a los que tiene que ir al almacén y enfrentar estos aumentos”, pero argumentó que el último dato de inflación estuvo signado por un fuerte incremento del precio de la carne y los lácteos debido a la sequía.
Consultada sobre si el Gobierno analiza rever la proyección de 60% de inflación anual, Cerruti señaló que “por ahora, no”. “Esperamos que el plan que había de cómo iba a descender la curva, que tuvo estos problemas, pueda volver a la senda que estaba prevista e indicada. Hay que ver mes a mes la inflación, es algo que se tiene que trabajar cada día, en cada momento; esto tiene que ver con algo estacional”, expresó.
A su vez, aseguró que el Gobierno será “más riguroso” en los controles de los precios regulados, uno de los planes para morigerar la suba de los precios en los hipermercados.