El hecho ocurrió en Río de Janeiro, Brasil.
Una joven de 24 años denunció a una reconocida clínica de Rio de Janeiro, Brasil, por mala praxis.
Gleyce Kelly Gomes fue al Hospital da Mulher Intermedica, para dar a luz a su hijo y regresó a su casa sin una de sus manos. Tras sufrir una hemorragia luego del parto, la mujer comenzó a tener una hemorragia y los médicos decidieron colocarle una vía en la mano para poder darle medicación. Horas después, ésta comenzó a sentir graves dolores y malestares en la mano donde había sido inyectada la vía.
La salud de la joven se complicó y tuvo que ser trasladada a otro hospital con la mano morada e hinchada. Al llegar a ese nosocomio, y por la gravedad del cuadro, se la amputaron. “Sólo le ponían bolsitas de agua caliente en su mano cuando ya estaba muy morada e hinchada. Nosotros preguntábamos porque estaba así, ya se la veníamos mal y nos decían que se le iba a pasar con medicamentos. Cuando se dieron cuenta que era grave se la sacaron de encima y la derivaron a otro hospital”, contó la mamá de la joven a medios brasileños.
La damnificada inició acciones legales contra el hospital denunciando mala praxis. “Tuve mi mano durante 24 años. Solo fui a tener un bebé y volví sin ella”, dijo.