Los participantes se jugaban el presupuesto de la semana y una serie de mentiras y malos entendidos terminó en un escándalo violento al borde de la expulsión.
El clima está caldeado en Gran Hermano 2022. Es que los días pasan, el cansancio se comienza a notar y cada vez los conflictos son mayores. Distintos focos de peleas se presentan a lo largo de cada jornada pero el de ayer cruzó todos los límites. Es que los hermanitos casi terminan a las piñas, con insultos, amenazas y llanto, algo que sorprendió a todos por el nivel de agresividad que manejaron los participantes.
Todo comenzó cuando se les propuso una nueva prueba semanal por el presupuesto. La consigna constaba de que los 12 jugadores se dividan por sorteo en dos grupos de 6 y permanezcan 12 horas en una cama sin tocar el suelo. Desde el principio, Alfa y Cata advirtieron que si querían ir al baño se iban a bajar, lo mismo anticiparon otros con respecto al agua o la comida, dos productos prohibidos que no podían llevar a la cama. Pero a nivel general, se propusieron cumplir la prueba que ya se vislumbraba una de las más complicadas hasta el momento.
El primer grupo estuvo conformado por Alfa, Maxi, Thiago, Walter, Nacho, Julieta y Coti, quienes se sentaron en una cama en una de las habitaciones. Todo era risas hasta que Maxi comenzó a molestar a Alfa para que se cayera de la cama, hasta que finalmente el cordobés terminó empujándolo para que se caiga al suelo.
Enojado el participante se fue a la cocina y entonces Thiago elaboró un plan: les pidió a sus compañeros que aseguren que “Alfa se cayó solo”, con el fin de que el otro equipo -que estaban en una cama en el cuarto de al lado- no se enteren de lo sucedido. “Qué solución fue bajarlo”, celebró Maxi al estar más cómodo con una persona menos, aún poniendo en juego el resultado de la prueba.
Mientras tanto, el segundo grupo integrado por Alexis, María Laura, Romina, Agustín, Daniela y Marcos, y el Conejo escuchaba risas y gritos sin entender mucho lo que pasaba. Hasta que Alexis se dio cuenta que Alfa estaba en la cocina y decidió bajarse. “¿Hace 3 pruebas que vengo poniendo el lomo para que un culiao se baje?”, les dijo a sus compañeros. “Ellos son vivos, ahora están cómodos y no dicen nada”, se quejó Romina, quien salió del cuarto para increpar a sus compañeros junto con Alexis y Cata.
Fue entonces que se desató una pelea feroz en el pasillo. Conejo recriminaba que siempre es él el que se esfuerza en las pruebas semanales y Alfa intentaba explicarle que lo habían tirado de la cama, pero todo en tono de gritos, insultos y amenazas. “Ahora me tiraron, vamos a decir la verdad. Paren de pelotudearme”, exclamó Walter, mientras que Maxi le reclamaba a Alexis que se tendría que haber bajado uno solo de su cama y no él, Romina y María Laura.
Mientras Alfa seguía a los gritos, insistiendo en que “no lo pelotudeen más”, hasta que Conejo gritó más fuerte respondiendo “pará, la c… de tu hermana” y desde ahí un sinfín de insultos, en una escalada de violencia cada vez mayor, que terminó con Romina llorando en el patio, con Alfa consolandola y con la casa revolucionada.
Ya durante la noche, en la emisión de Telefe, Santiago del Moro ingresó a la casa y puso el tema en debate. Romina comenzó diciendo que se lamentaba mucho por la pelea y que “hay que empezar a respetarnos más. En todas las casa hay una forma”, mientras que María Laura coincidió, sumando que falta colaboración y que hay límites que se pasan. “Donde terminan tus derechos, empiezan los míos”, sostuvo.
Alfa confesó que también estaba mal y que intentaba volver a su eje y el Conejo le pidió disculpas públicas. “No es algo que siento, me pasó por un momento de calentura. Pero no me retracto con cosas que he dicho sobre actuar, aunque sí por las formas”, expresó el cordobés, a lo que Walter dijo que estaba todo bien, que ya lo habían charlado previamente.
El sobre de Gran Hermano indicó el número de participantes que podían tocar el suelo, el motivo por el que se abandonó la prueba y comenzó la pelea: era 6 la cifra permitida que los jugadores desconocían. Más allá de los gritos y los insultos, no lograron superar el desafío y, por ende, solo recibirán el 50% del presupuesto pensado para la comida, lo que seguramente, traerá más conflictos en los próximos días.