La palabra del abogado penalista Pedro Eugenio Despouy Santoro junto a Jorge Cuadrado en la Súper Mañana de la Suquía.
Cristina Fernández recusó esta mañana al fiscal Diego Luciani y al juez Rodrigo Giménez Uriburu y pidió que los dos dejen el caso Vialidad, donde ella está siendo juzgada por asociación ilícita y fraude al Estado.
La vicepresidenta había adelantado ayer que lo haría. El fundamento es una nota de Página 12 que contó que ambos letrados son compañeros en un equipo de fútbol amateur (se llama Liverpool) y que los dos fueron a jugar a Los Abrojos, la quinta de Mauricio Macri. La publicación incluyó una foto de ambos que, sostiene ese medio, fue tomada en las canchas del expresidente.
“Desde mi humilde opinión, la corte ha dicho que el apartamiento o la punición de un magistrado debe operar cuando exista temor o sospecha de parcialidad. Lo que ocurre es que, en la lectura de esa fotografía, yo particularmente no encuentro una razón objetiva por la cual debería operar ese apartamiento. Porque lo que uno conoce sobre estas cuestiones, tiene que ver más con la existencia o inexistencia de amistad o enemistad, o si alguno de los magistrados ha adelantado la opinión del juez“, dijo el abogado penalista Pedro Eugenio Despouy Santoro a Jorge Cuadrado en la Súper Mañana de la Suquía.
Luego, agrego: “A mi me parece que esa foto no revela ninguna circunstancia objetiva que tenga entidad suficiente como para sospechar de parcialidad contra ese tribunal que está intervenido en la cámara“.
“Si a mi me dicen, por ejemplo, que Macri denunció actos de corrupción corrompidos supuestamente por Cristina Kirchner y después aparece en ese lugar el juez o un fiscal que está interviniendo en el tribunal que juzga a la persona denunciada, ahí yo diría que eso genera sospecha o temor de parcialidad“, indicó el abogado.
Sin embargo, dijo: “En este contexto, me parece que esta foto no dice demasiado. No está unido a ningún elemento objetivo, serio, irónico, que tenga entidad como para sospechar de parcialidad al juzgador ni al fiscal“.
“No está mal que sean amigos un juez y un fiscal. Cada uno puede conservar su imparcialidad y objetividad. En cualquier jurisdicción, se puede encontrar un juez con cierta amistad con un fiscal. Y no por eso significa que tenga que dictar una sentencia acomodada a la pretensión de éste“, sentenció.