El papa Francisco promulgó una nueva Constitución que reorganiza el órgano de gobierno del Vaticano, introduce más transparencia financiera y lo abre a mujeres y laicos, en cumplimiento de una promesa hecha antes de su elección en 2013.
La nueva Constitución, que entrará en vigor el 5 de junio, reforma partes de la Curia Romana -tal como se conoce al gobierno del Vaticano- y sustituirá a la “Pastor Bonus” promulgada en 1988 por Juan Pablo, que está compuesta por 193 artículos, 2 anexos y posteriores modificaciones introducidas por Benedicto XVI y Francisco.
Los cambios
Entre los principales cambios figuran la posibilidad de que los laicos y las mujeres católicas dirijan departamentos del Vaticano, así como la incorporación de la comisión asesora sobre abusos sexuales a la Curia, reportó la agencia de noticias AFP.
Si bien los dicasterios (ministerios) de la Curia, que funcionaban con financiamientos opacos y a puerta cerrada desde hace décadas, fueron inicialmente reacios a aceptar una administración más centralizada, este tipo de gestión fue finalmente consagrada en la nueva Carta Magna.
La nueva Constitución “Prediquen el Evangelio”, de 52 páginas, crea en ese sentido un nuevo Dicasterio para la Evangelización, que será presidido por el propio Francisco.
Esta nueva Constitución Apostólica es el resultado de nueve años de trabajo entre el pontífice y su consejo de siete cardenales, conocido como C-7 en el formato actual, que desde 2013 lo asesoran en la reforma constitucional vaticana.
Los integrantes del consejo de asesores del Papa son el congoleño Fridolin Ambongo Besungu, los cardenales italianos Pietro Parolin y Giuseppe Bertello; el alemán Reinhard Marx; el estadounidense Sean Patrick O’Malley; el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga y el indio Oswald Gracias.
“Es un aspecto importante de su legado”, destacó en la misma red social el periodista vaticanista del National Catholic Reporter, Joshua McElwee.
El texto, que se publicó en el noveno aniversario del Pontificado de Francisco, también incorpora la Comisión para la Protección de Menores del Vaticano -un órgano consultivo papal- al dicasterio que supervisa las investigaciones canónicas de los casos de abusos sexuales del clero.
Según el cardenal Sean O’Malley, que dirige la Comisión, es un “avance significativo”, que dará peso institucional a la lucha contra una lacra que ha asolado a la Iglesia a nivel mundial.
Sin embargo, para Marie Collins, una superviviente irlandesa de los abusos clericales que integró esa comisión antes de dimitir en 2017 por la gestión de la crisis hecha por la Iglesia, se trata de un retroceso.