La mujer estaba llorando, indignada y desconsolada al no entender cómo su pareja la pudo haber dejado ahí.
Durante la madrugada del domingo, un grupo de efectivos policiales que realizaba un control en una avenida de la localidad bonaerense de La Plata, detuvo a un automóvil Chevrolet Corsa con dos ocupantes para realizarle el test de alcoholemia al conductor.
Tras presentar la documentación, el sujeto sopló la pipeta y arrojó un resultado de 2.0, tres veces el máximo permitido.
Lo curioso ocurrió luego, cuando el automovilista subió al coche y se fugó del lugar, dejando los papeles con los uniformados y a su novia en el control policial. La mujer estaba llorando, indignada y desconsolada al no entender cómo su pareja la pudo haber dejado ahí.
La Policía inició una persecución, pero sin poder dar con el vehículo al cierre del operativo.