Este tipo de armamento está prohibido debido a que se esparce en un área amplia y tiene una tasa de error extremadamente alta.
Videos de cámaras de seguridad y celulares de los testigos de la invasión rusa en Ucrania habrían captado el momento en que el país soviético utilizó municiones de racimo para bombardear indiscriminadamente zonas civiles del este ucraniano, lo que implicaría un crimen de guerra por utilización de armamento prohibido.
Ante la férrea resistencia de las fuerzas locales en Kiev, la capital del país, el ejército ruso ha aumentado la ofensiva en la segunda ciudad más grande, Járkov (también llamada Kharkiv), donde las imágenes muestran edificios residenciales destruidos y las autoridades locales reportaron este lunes al menos 11 muertos y decenas de heridos.
Además, en la misma jornada en la que se inició el diálogo entre los delegados de cada gobierno, Rusia habría utilizado bombas de racimo, un arma “indiscriminada por naturaleza” debido a que se esparce en un área amplia y tiene una tasa de error extremadamente alta, de ahí que su uso esté prohibido por un tratado del que forman parte un centenar de países.
Járkov fue alcanzada por cohetes disparados desde posiciones rusas y los videos muestran a zonas comerciales y residenciales cubiertas por las explosiones.
“El BM-21 Grad es un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple que se utiliza para la ‘negación de área’, lanzando bombas de racimo en un área concentrada”, explicó una fuente militar al DailyMail. “Se utiliza principalmente contra las tropas enemigas antes de una ofensiva. Utilizado contra civiles, no sólo es un crimen de guerra, sino que tiene un único objetivo: sembrar el terror y la alarma entre la población civil”, añadió.
“Járkov. ¡Un ataque inmisericorde y sin sentido contra un barrio residencial con misiles! ¡Cadáveres destrozados en las calles!”, escribió el asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, Antón Gueráschenko, en su canal de Telegram, en el que publicó varios videos con imágenes desgarradoras. En uno de ellos se ven cuerpos de transeúntes y en otro a una mujer a la que la explosión de uno de los misiles le arrancó una pierna.
No es la primera vez que Rusia las habría usado desde que desató la invasión el jueves. Según Amnistía Internacional, también las usó para destruir una escuela en Okhtyrka, en un bombardeo en el que murieron tres personas, entre ellas un niño. .
A su vez, la ONG Human Rights Watch (HRW) había asegurado el sábado que otra bomba de racimo impactó a las afueras de un hospital en Vuhledar, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, lo que causó la muerte de cuatro civiles y dejó diez heridos, seis de ellos trabajadores sanitarios.