“Los voy a dejar sin un peso”, dijo el presidente durante la reunión de Gabinete. Se molestó por las dificultades en el avance de los “proyectos” en Diputados.
Enojado por la imposibilidad de lograr los acuerdos necesarios para que el Congreso apruebe la Ley Ómnibus tal y como quiere, el presidente Javier Milei redobla los aprietes a los gobernadores.
Luego de que el ministro de Economía, Luis Caputo, amenazara con recortes “inmediatos” en las partidas provinciales, el jefe de Estado tuvo un fuerte exabrupto contra los mandatarios provinciales en la reunión de Gabinte de este jueves.
“Los voy a dejar sin un peso. Los voy a fundir a todos”, lanzó el Presidente e instruyó a su equipo de gobierno que insistan y dejen en claro que “si la ley no se aprueba, las más perjudicadas van a ser las provincias”.
Durante la reunión en el Salón Eva Perón de Casa Rosada, el Gobierno analizó la situación en la Cámara de Diputados y entendió que aún no cuenta con todos los votos necesarios para aprobar la iniciativa tal cual lo desea.
Es que luego de lograr el dictamen en el plenario de comisiones, se desató una nueva polémica porque circularon diferentes documentos con modificaciones y alternaciones que no se habían acordado.
Los dictámenes “gemelos” y los cambios al texto después de haber sido firmado fueron denunciados incluso por diputados de bloques aliados de La Libertad Avanza que habían avalado en dictamen.
“Cuando creíamos que en el capítulo biocombustible se habían logrado las condiciones para alcanzar un acuerdo que contenga a todos los sectores, nos encontramos con que se realizaron modificaciones que nadie sabe ni quién ni cómo se hicieron, después de un dictamen firmado”, exclamó el diputado cordobés, Carlos Gutiérrez.
“Es muy grave y deja claro que al Gobierno Nacional lo único que le importa es la recaudación, careciendo de un plan de desarrollo productivo”, añadió.
En este contexto, Milei pretende presionar a los gobernadores para que intercedan ante sus legisladores y los obliguen a votar a favor de la Ley Ómnibus. Pero a medida que se tensaron las negociaciones, las presiones pasaron a ser amenazas públicas y concretas.
El primero en esbozarlas fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien el pasado martes aseguró que si la iniciativa no era aprobada, el Ejecutivo iba a “revisar cada partida sin tener ningún tipo de contemplación”. Ese mismo día, con poco tiempo de diferencia, Milei se expresó en el mismo sentido.
Después fue el turno de Caputo quien aseguró que ya había delineado “todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”.
Finalmente, y por si todavía quedaba alguna duda sobre si eran “advertencias” o amenazas, el Presidente exclamó que dejaría “sin un peso” a los gobernadores si su megaproyecto de reformas no conseguía luz verde en el recinto.