El entorno de la excandidata de Juntos por el Cambio afirma que está “dolida” con el expresidente.
En el cierre de un día cargado de tensión por la exteriorización de la fisura de su vínculo político con Mauricio Macri, la titular de Pro, Patricia Bullrich, ingresó este jueves al Teatro Colón para asistir a la fiesta de despedida que organizó Horacio Rodríguez Larreta (a quien derrotó en las PASO) para concluir sus ocho años de gestión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El jefe de Gobierno porteño no podía saber que su celebración se desarrollaría en plena crisis del partido por el fuerte enfrentamiento que provocó entre Macri y Bullrich la decisión del presidente electo Javier Milei de convocar a la excandidata de Juntos por el Cambio para que asuma al frente del Ministerio de Seguridad.
Los dirigentes atraviesan un distanciamiento que asoma definitivo. En la intimidad se dedican reproches cruzados y enojos. Si el “pacto de Acassuso” los unió, la pelea por el reparto de poder en el nuevo gobierno los empujó a hacer visibles sus diferencias. Horas después de que visitara al presidente electo en el Hotel Libertador para ultimar los detalles de su arribo a la cartera de Seguridad, una oficialización que se demora y genera dudas, Bullrich pateó el tablero.
Al tanto del enojo de Macri con su decisión de aceptar el ofrecimiento de Milei, la expostulante presidencial, que se mantiene en silencio desde el jueves pasado cuando el líder de La Libertad Avanza le ofreció el cargo, anunció esta tarde que convocará a elecciones internas en el Pro para elegir a las nuevas autoridades del partido fundado por Macri en 2002. En el mismo mensaje aclaró que no se presentará para pelear por un nuevo mandato.
“Dedicaré todo mi esfuerzo, energía y tiempo en trabajar por una Argentina próspera y segura”, concluyó en un comunicado escueto que publicó en la red social “X”.
Bullrich intenta enviar un mensaje interno en medio de los cortocircuitos en Pro por su decisión de aceptar el ofrecimiento de Milei. Es decir, avisa que se correrá de la conducción partidaria, al autoexcluirse de la posibilidad de continuar como presidenta, para que no le achaquen que su decisión comprometía a sus socios de espacio político. Macri había dejado trascender su malestar con ella, a quien atribuye haber obrado de forma inconsulta, sin que se abriera una discusión en la fuerza respecto de cuál debía ser su rol. Es más, el expresidente coincidía con referentes del partido, como Rogelio Frigerio, en que Bullrich debía dejar el cargo. Anoche, la excandidata explicitó su ruptura con Macri cuando avisó a Viviana Canosa que no se dejará someter por el expresidente.
Al correrse de la presidencia de Pro, procura ponerse por encima de la disputa interna y allanar su desembarco en la administración de Milei como ministra de Seguridad. De hecho, cerró su publicación con un guiño, luego de que surgieran dudas respecto de su vuelta a la cartera que ocupa Aníbal Fernández. Señaló que trabajará por una “Argentina próspera y segura”. Hoy, tras su cumbre con el presidente electo, trascendieron versiones de que podría recalar en Trabajo. Sin embargo, sus voceros y LLA descartaron esa chance. Lo consideran una operación que atribuyen a sectores del PJ o kirchnerismo.