El diputado nacional cordobés destacó que ya son 160 los países que la utilizan y que la Argentina está entre los 16 que aún no la instrumentaron.
El diputado nacional Rodrigo de Loredo destacó que en el Congreso se debata la importancia de cambiar el instrumento de votación para las elecciones nacionales y pasar de la boleta partidaria a la boleta única, pero advirtió la importancia de un buen diseño en los elementos técnicos.
Sobre la importancia de utilizar la boleta única, de Loredo expresó: “No va a resolver todos los problemas que tiene la Argentina pero contribuye a que tengamos una mejor y una mayor calidad democrática. Este método colabora en la transparencia del proceso, lo simplifica, es más barato, ágil, garantiza la igualdad de condiciones para los candidatos y la autonomía del ciudadano a la hora de elegir a sus representantes”.
“En 160 democracias consideran a la boleta única como el ejercicio más claro para la emisión del voto ciudadano. Solamente 16 países aún no la adoptan, Argentina es uno de ellos. Este dato nos interpela como sistema político, puesto que de toda la agenda de las reformas políticas que nuestro país necesita, la boleta única es uno de los debates con mayor nivel de consenso y, sin embargo, nos estamos demorando en implementar”.
Sobre las objeciones a la medida, De Loredo expresó: “casualmente uno de los argumentos de quienes se oponen es que puede fragmentar el sistema político. Alcanza con mirar la interna del kirchnerismo que llegó al gobierno con la boleta tradicional. El sistema argentino tiene que ir a una representación institucional que ordene en función de ideas de proyectos, no de personas. Todo lo que facilite la competencia electoral transparente nos lleva en ese rumbo. Mejor calidad del sistema electoral es mejor calidad de los gobiernos que produce”.
En cuanto a la experiencia cordobesa, De Loredo señaló la importancia de los aspectos técnicos: “No puede dejarse librado a posteriores resoluciones y arbitrariedades, ya que su confección puede influir en el resultado electoral. En Córdoba se implementó un modelo tramposo, que buscaba inducir el efecto arrastre”.
Concretamente, explicó: “La papeleta fue diseñada con el detalle de que el primer casillero que contiene el llamado voto lista completa incluye la foto del candidato a gobernador, mientras que el casillero correspondiente al candidato a gobernador y vice no se ubica ninguna foto. Los tramos a legisladores provinciales y, en el caso de localidades donde se eligió intendente como la capital provincial, también los intendentes se acompañaban con las fotos del primer candidato pero sin ninguna distinción ni por color ni de otra índole que ayude a identificar los distintos tramos. Es decir, había un claro diseño para fomentar los votos hacia la lista completa y buscar un efecto arrastre por el candidato a gobernador”.
Finalmente, sostuvo: “La legislación debería ser lo suficientemente clara y concisa para evitar trampas y manipulaciones, para que la herramienta sea realmente utilizada en beneficio del elector y del sistema democrático, y no de algún partido y de acuerdo a la coyuntura del momento”.