Video: Se incrustó con el auto en un kiosco, embistió a un empleado y estuvo a punto de atropellar a un cliente

Según un testigo, quien conducía “se veía alcoholizado y se tambaleaba”.

Un kiosco del barrio porteño de Almagro fue el escenario de un impactante siniestro vial que pudo haber terminado en tragedia. Las cámaras de seguridad del comercio registraron el momento en el que un auto se incrustó en su interior y al hacerlo embistió a un empleado. Además, en el trayecto estuvo a punto de atropellar a un cliente que esperaba a ser atendido en la vereda, quien alcanzó a esquivarlo “por milésimas de segundo”. Al llegar a la escena, la Policía le hizo el test de alcoholemia al conductor del vehículo y reveló que viajaba con más de 2 gramos de alcohol en sangre.

En declaraciones a LN+, Marcos, el kiosquero que trabajaba en el negocio de Castro Barros y Belgrano cuando ocurrió el hecho, dijo: “Se grabaron las imágenes donde el automóvil me impacta y también hay una de la parte de afuera [del local], donde el cliente esquiva el automóvil por cuestión de milésimas de segundo”.

En uno de los videos aludidos se ve cómo el empleado se encontraba sentado en una silla detrás del mueble cuando, de un instante a otro, un Peugeot 307 atravesó la vidriera del local y lo arrastró -escritorio de por medio- contra otro mostrador.

Mientras tanto, una segunda secuencia da cuenta de cómo un cliente que esperaba ser atendido afuera del negocio llegó a ver al auto aproximarse a toda velocidad y se movió los centímetros necesarios para evitar ser atropellado.

Sobre los momentos posteriores al incidente, Marcos relató: “Primero salí yo del kiosco. Quedé como un poco presionado y logré salir. Una vez afuera vi que el conductor sale pasados uno o dos minutos. Imagino que él también quedó en shock”.

Con relación al estado en el que se encontraba la persona que manejaba el auto, expresó: “Se lo veía alcoholizado y se tambaleaba. Él dice que no sabe qué pasó. Lo primero que dijo cuando se bajó fue que lo estaban persiguiendo”. Por otra parte, el empleado afirmó encontrarse “un poco golpeado y dolorido” pero fuera de peligro, al igual que las demás personas involucradas.

Fuentes policiales detallaron que el conductor del Peugeot 307 es un hombre de 41 años que fue sometido a un test de alcoholemia por los agentes que se trasladaron al lugar. La prueba arrojó un resultado de 2,20 gramos de alcohol por litro en sangre, más de cuatro veces lo permitido por la ley. Por ese motivo, la Unidad de Flagrancia Oeste de la Fiscalía General de Ciudad, a cargo de Inés González, ordenó el secuestro de su auto y de su licencia de conducir.