Así lo informó Federico Omar Marasco, secretario del Tribunal en lo Criminal N° 1 de Dolores.
El Tribunal en lo Criminal N° 1 de la localidad bonaerense de Dolores condenó este lunes a los ocho rugbiers acusados de asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020, frente a la discoteca Le Brique en Villa Gesell.
Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano y Ciro Pertossi fueron declarados coautores del homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal de lesiones leves, por lo que se les aplicó la condena de cadena perpetua.
Por su parte, Lucas Pertossi, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz fueron declarados participes secundarios del asesinato, por lo que recibieron la pena de 15 años de prisión.
Federico Omar Marasco, secretario del TOC N°1, fue el responsable de leer el veredicto del tribunal.
Falso testimonio
El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores ordenó este mediodía que se investiguen a Juan Pedro Guarino y a Tomás Colazo por los delitos de falso testimonio, tal como había sido solicitado la fiscalía.
Los jueces autorizaron que se extraigan copias de la causa y se inicie una investigación para establecer si los dos rugbiers que no fueron sometidos a juicio cometieron ese delito.
Interrupción
La lectura tuvo que ser interrumpida luego de los anuncios y la sala fue evacuada. Rosalía Zárate, la madre de Thomsen, pidió un médico. “Déjenme estar con él”, gritó, en referencia a su hijo, que se desplomó tras escuchar su sentencia. “Saquen a todos los periodistas la puta que lo parió. No me importa más nada”, continuó.
La llegada al juzgado
Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), llegaron a los tribunales de la ciudad de Dolores a las 12.17 de este mediodía, trasladados desde la Unidad Penal 6, en el marco de un fuerte operativo de seguridad desplegado por efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE) del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
El traslado incluyó cuatro motos con dos agentes en cada una, una camioneta, dos combis con los detenidos y otros dos vehículos del SPB.
En la sala también se encontraban los padres de Enzo Comelli, Marcelo Comelli y María Alejandra Guillén; Marcos Pertossi, padre de Lucas; María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli, junto con la hermana; Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen junto con el hermano, Facundo. Además de María Elena Cinalli, la madre de Luciano y Ciro Pertossi; los padres de Matías Benicelli, Mónica Ester Zárate y Héctor Benicelli; así como los padres de Ayrton Viollaz, Sergio Viollaz y Erica Edith Pizzatti.
Se hicieron presentes Santiago Cremonte, presidente del Colegio de Magistrados de Dolores, y su hermano Juan Pablo Cremonte, el presidente del Colegio de Abogados de esa ciudad.
Apoyo de la sociedad
Ramón, abuelo de Lucio Dupuy, llegó al tribunal desde La Pampa e ingresó a la sala más temprano, donde pidió “una condena ejemplar” y se abrazó con Graciela, la madre de Fernando.
Por fuera del vallado había miembros de distintas agrupaciones, entre ellas, Matanza Duele, Familias del Dolor, Madres del Dolor y Activos en la Lucha. Minutos después del ingreso de los padres y madres de los rugbiers, familiares de víctimas se reunieron para pedir “perpetua para todos”.
También aprovechan para visibilizar sus causas. “Vamos a acompañar siempre y si hay que apelar, vamos a apelar”, dijo Karina Villagrán, la tía de Sol Villagrán, una de las jóvenes que tomaba clases de baile en la escuela Soul Studio de Grand Bourg y que falleció en un accidente en Mendoza.
Tras la sentencia, los condenados volvieron al penal, donde aguardarán el destino final para cumplir con la condena.