La reconocida cantante del centro cordobés reclama por sus elementos de trabajos, que son su fuente de ingreso para sostener a sus cuatro pequeños.
La voz de Gabriela Hernández resuena cada día en la tradicional esquina de 9 de Julio y San Martín, en la peatonal de Córdoba. La joven cantante sufre de lupus, es madre de cuatro hijos y canta en compañía del más pequeño, que tiene tres años, nació con malformaciones y fue operado del corazón hace unos meses.
Este martes, fue noticia porque un grupo de inspectores municipales le quitó los equipos de sonido, argumentando que había denuncias de que no podía trabajar en ese lugar.
“Viví una situación muy fea ayer. Ni siquiera había empezado a cantar, cuando aparecieron los inspectores en manada, me quitaron los equipos y violentaron a mi compañero. No me entregaron ningún acta, ni nada. Yo no estaba en mi lugar de trabajo, estaba en un barcito“, contó en exclusiva a Radio Suquía.
Según indicó: “Fue un mal procedimiento. Hubo gente que grabó la situación y me sigue etiquetando en las redes sociales. No he dormido en toda la noche. Hace 6 años que vengo a trabajar y ganarme la vida. Estoy con mi bebé, que tiene síndrome de Jacobsen. Vivo de esto. Soy madre sola y tengo 4 niños. Yo tengo lupus, no puedo pasar malos ratos“.
“Después me encadené para ver si alguien venía a darme alguna respuesta. Pero nadie se acercó. Estoy en el aire, sin saber nada. Sin nada. Me duele la situación. Hace 6 años que tengo los permisos. Supuestamente hay denuncias de que no puedo estar en esta esquina, porque a un estudio jurídico le molesta. Desde el año pasado que estoy recibiendo amenazas“, dijo.
Finalmente, reclama: “No puedo seguir así, necesito trabajar y sacar a mi hijo adelante. Tiene que recibir el tratamiento. De esta forma llevo el pan a mi casa. Sólo pido que me devuelvan mis cosas y poder trabajar nuevamente. Ya mañana no puedo venir, vengo a ver si alguien me da alguna respuesta“.