Soledad, mamá de Benjamín, cuenta todas las peripecias que tuvieron que pasar para que se reconozca la naturaleza de su hijo.
Benjamín es un niño de 7 años, considerado superdotado por tener un coeficiente mental superior al de la media, que lo obligaron a repetir de grado en la escuela. Sus papás llevaron el caso a la Justicia y lograron un fallo inédito para respetar la naturaleza de su hijo.
“En el jardín nos dimos cuenta que había algo diferente respecto a sus pares cronológicos. Nosotros quizás antes no nos dábamos cuenta, porque no teníamos referencia. Habló a los 6 meses, se sacó el pañal sólo al año y medio“, contó Soledad, mamá del niño, en diálogo con la Super Mañana de Suquía.
Luego contó: “En el jardín comenzaron los problemas. A diferencia de lo que se imagina, la mayoría de los papás llegamos al psicodiagnóstico por pasarla mal, por no entender qué está pasando. A Benja lo que le pasaba era el aburrimiento. Leían un cuento para tres años y el preguntaba cosas mucho más grandes y le arruinaba el momento a la maestra“.
“En todo el país existe este problema. Los papás venimos reclamando para que alguien se ocupe de los chicos superdotados, de las altas capacidades. Cada caso se termina individualizando y cada familia termina intentando hacer su caminito. Si bien hay muchas agrupaciones, quienes tienen que dar respuestas, que son los ministerios de Educación, no están preparados. Los colegios no están preparados, los docentes no están formados para tratar con niños de 3 años que, de repente, te hace una pregunta de uno de 12“, siguió.
Continuó: “Nosotros llegamos al psicodiagnóstico porque Benja, además de aburrirse, comenzó con vómitos cíclicos. Empezó a tener síntomas físicos, además de que tenía 4 años y estaba totalmente apagado, no era quien era. Había algo de la salud que nos marcaba que algo no iba bien. Hasta que logramos dar con una psicóloga especialista, que hay pocas en Argentina, quien nos sugirió que pasara de sala de 4 a primer grado. Ahí empezamos toda la lucha burocrática, porque el colegio puede tener muy buena voluntad, los docentes poner el esfuerzo, pero sin la aprobación del Ministerio de Educación no pueden hacer nada. Esto puede tardar un año“.
“En 2020, en plena pandemia, Benja hizo simultáneamente primero y segundo grado. Después, rindió libre segundo en CABA para poder matricularlo, sin pasar todo el proceso burocrático, en tercer grado. Nunca nos respondieron desde el Ministerio y nosotros dijimos que iba a ir a tercero. Ellos responden recién en junio del 2021, cuando ya llevaba medio año en ese grado, diciendo que tenía que volver a segundo, sin importarles nada“, relató Soledad a Cruz Gómez Paz.
A un mes de que comenzara el nuevo ciclo lectivo, en la familia reinaba la incertidumbre. Recién el 10 de febrero llegó el primer fallo del juez Federico Atencio, del Juzgado de Garantías N°1 de la provincia de Buenos Aires. La sentencia revalidaba el certificado de CABA y rechazaba la orden de retroceso del ministerio. Benjamín, con 7 años, estaba en condiciones de iniciar cuarto grado.