El Síndrome Urémico Hemolítico, se produce tras comer carne mal cocida, verduras mal lavadas, leche no pasteurizada, entre otras bebidas y alimentos contaminados con una toxina denominada shiga. Esta toxina es producida por la bacteria Escherichia coli.
En Argentina, se trata de una problemática central para la salud pública porque nuestro país cuenta con el índice más alto a nivel mundial (13 por cada 100 mil niños menores de 5 años) y, además, es la principal causa de falla renal aguda en la infancia y la segunda de trasplante renal en la adolescencia. Como si fuera poco, las secuelas, crónicas o neurológicas, afectan al 30 por ciento de los pacientes.
Este síndrome afecta la sangre, los vasos sanguíneos pequeños y los riñones. Afecta, sobre todo, a los niños de entre 6 meses y 5 años. Provoca insuficiencia renal, anemia y alteraciones neurológicas.
Se trata de una afección grave. Pero el tratamiento oportuno y apropiado generalmente lleva a una recuperación completa para la mayoría de las personas.
Sus síntomas pueden variar, dependiendo de la causa. No obstante, en la mayoría de los casos de suelen iniciar con: diarrea, que a menudo es sanguinolenta, dolor, cólicos o hinchazón en el abdomen, vómitos y fiebre.
Y entre los modos de prevención, los médicos recomiendan: asegurar la correcta cocción de la carne; la bacteria se destruye a los 70 °C, se sugiere que los menores de 3 años no ingieran hamburguesas caseras o compradas, ni de locales de comidas rápidas, utilizar distintos utensilios de cocina para cortar la carne cruda que aquellos que se utilizan para trozarla antes de ser ingerida y lavar cuidadosamente verduras y frutas, entre otras medidas de higiene.