Lucas Gómez dijo que se encontraba en un momento complicado de su vida.
Este miércoles, comenzaron los alegatos en el juicio que investiga la muerte de Valentino Blas Correas, el joven cordobés de 17 años asesinado de un balazo en la nuca durante un control policial en agosto de 2020.
Antes de comenzar con la ronda, Lucas Damián Gómez, el acusado de haber efectuado el disparo mortal, pidió la palabra y dijo que “no estaba en condiciones psicológicas de estar esa noche en la calle“. Indicó que estaba en “constante alerta y con el arma en la mano“.
“En mi declaración como imputado, había dicho que escuché disparos que no sabía de donde provenían, entonces disparé hacia abajo del vehículo. A través del Servicio Penitenciario me brindaron terapias y allí descubrí que lo que escuché o sentí no eran disparos, sino que esa situación me hizo creer que el segundo disparo que efectué en realidad fue el primero“, sostuvo Gómez.
Luego, agregó: “En esas terapias entendí que me equivoqué en lo que creía. A través de esas terapias entendí que luego del evento me encontré en un estado de shock. Terminé de comprender todo cuando el subcomisario González pasó y observó que yo no estaba bien. Con las terapias entendí que antes de las guardias estaba pasando por una circunstancia de mi vida en la que no me encontraba bien“.
“Hubo un testigo que aseguró haber dicho que yo no estaba bien en ese momento. Creo que esa noche, ese día de guardia, estaba atento a lo que era mi función policial. Entendí que en momentos anteriores pasé del estado que tenía a un estado de color rojo“, continuó relatando.
En lo que respecta a la información que le dieron desde las frecuencias radiales, explicó: “Por las órdenes que me dieron, pasé a estar en un estado de alerta. Por eso quiero que se entienda por qué tenía el arma en la mano“.