Se llama Juana y, en el último partido en Alberdi, los jugadores de Tristán Suárez agradecieron su gesto, le regalaron una camiseta y se sacaron fotos con ella.
Fotos e informe de Alejandro Pozo.
Juana tiene 10 años, es fanática de Belgrano y una ferviente defensora del juego limpio y del respeto por los rivales, algo que demuestra con un gesto que es ejemplar para todo el deporte.
Su actitud es toda una demostración de tolerancia e integración, al tiempo que se convierte en una síntesis de lo que debe ser el juego limpio como herramienta de hermandad y sana competencia.
En todos los partidos que el equipo pirata juega de local, Juana llega desde Luque, donde reside con su familia, y espera a los jugadores e integrantes de la delegación visitante con carteles de cálido recibimiento.
“Bienvenidos a Alberdi, con cariño”, así dicen sus mensajes, escritos con mucho afecto y la ilusión de que el deporte que ama sea siempre una fiesta familiar.
En el último partido, un representante del club Tristán Suárez le devolvió el gesto y le regaló una camiseta, al tiempo que los jugadores de ese equipo se sacaron una foto con ella y le dijeron que lo que hacía era sembrar el respeto.
Junto a su hermano Mateo, Juana disfrutó luego de la clara victoria del pirata, resultado que pone al equipo que ella ama en las puertas de volver a la primera categoría. Seguramente seguirá entonces esperando a grandes rivales de su querido Belgrano, como Boca, River y hasta incluso Talleres, con el mismo respeto que la han convertido en todo un ejemplo.