El gobierno de Vladimir Putin exigió la protección “adecuada” de sus representaciones diplomáticas en Francia.
La sede parisina de la Agencia Federal rusa para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas Residentes en el Extranjero y la Cooperación Humanitaria Internacional (Rossotrudnichestvo) fue atacada con un cóctel molotov esta madrugada, informó la vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, quien agregó que, a partir de este incidente, el gobierno de Vladimir Putin exigió la protección “adecuada” de sus representaciones diplomáticas en Francia.
En su canal de Telegram, Zajarova escribió que “en la noche del 6 al 7 de marzo, la sede de Rossotrudnichestvo en París fue atacada”.
“Fue arrojada una botella de líquido inflamable contra el edificio de la Casa Rusa”, agregó, informó la agencia de noticias Sputnik.
La portavoz dijo además que el ataque contra la Agencia Federal rusa para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas Residentes en el Extranjero y la Cooperación Humanitaria Internacional (Rossotrudnichestvo) en París no provocó ninguna víctima.
Zajarova detalló que “no hay heridos”, pero que eso se debe a que la botella “fue a parar a la valla, sin llegar a su objetivo”.
Tras el ataque al centro ruso de ciencias y de la cultura, Rusia exigió la protección “adecuada” de sus representaciones diplomáticas en Francia.
“Exigimos de las autoridades francesas que garanticen la seguridad adecuada de nuestras representaciones oficiales”, afirmó Zajarova.
Su mensaje está acompañado por un video que muestra el incidente desde una cámara de vigilancia.
“Las representaciones rusas en Ucrania han sido regularmente objeto de este tipo de ataque antes de 2022 (…) por tanto no vale la pena hacer creer que tales actos extremistas son la expresión de una ‘cólera justa’ desde la operación militar especial rusa”, prosiguió la vocera.
El 24 de febrero pasado Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos ciudades -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.
Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.