La masiva convocatoria rechazó el drástico recorte presupuestario, reclamó preservar la educación como factor clave para el desarrollo y pidió una mesa de diálogo, que por ahora el Gobierno rechaza.
Este martes, cientos de miles de argentinos colmaron las calles de las principales ciudades del país en un evento político de gran dimensión e impacto. Se movilizaron para defender el valor de la educación pública y para pedir un límite al ajuste drástico del presupuesto destinado a las universidades nacionales.
En una Plaza de Mayo abarrotada, se montó un escenario desde el que se leyó un documento titulado “La universidad pública: base de la democracia y el desarrollo social”. Si bien se filtraron críticas partidistas, el grueso del mensaje estuvo enfocado en demandar el dinero necesario para evitar un virtual apagón educativo.
La movilización la organizó la comunidad de las universidades públicas -con rectores, estudiantes, docentes y no docentes, y sindicatos- después de semanas de negociaciones que no llevaron a ningún lado entre el Consejo Interuniversitario Nacional, la Federación Universitaria Argentina y sectores gremiales con el Gobierno. La marcha -que por su volumen convirtió en inaplicable el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich- tuvo la adhesión masiva de los distintos sectores del peronismo, de piqueteros y sindicalistas de la CGT y las dos CTA, como así también de sectores importantes de la UCR y una minoría del PRO.
Más allá de la multitudinaria convocatoria, el gobierno de Javier Milei reaccionó sin sorpresas. Rechazó los reclamos, ratificó la política de austeridad presupuestaria y puso en medio de la discusión la exigencia de que las universidades acepten un régimen de auditorías sobre los fondos que administran diferente al que establece la legislación vigente. Es que la Auditoría General de la Nación, que depende del Congreso, es la que está a cargo de la supervisión de los gastos. Más allá de la discusión, el Presidente fue fiel a sí mismo y redobló la apuesta. “Día glorioso para el principio de revelación. Quien quiera oír (ver) que oiga (vea)… Viva la libertad carajo”, publicó en Instagram, con la caricatura de un león bebiendo de un tazón con la leyenda “lágrimas de zurdos”.
El posteo vino después del discurso que pronunció, como cierre, la presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Piera Fernández: “No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la Universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos”.
La dirigente, que proviene de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba, había planteado antes la necesidad de más presupuesto: “Llegamos a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70% de estas partidas, dispuesto para el mes de marzo y aún no abonado, más el reciente anuncio, en el marco de esta convocatoria, de un 70% adicional, constituyen un aliciente aún insuficiente, en tanto la inflación fue de un 300% en el mismo período de tiempo”.
Se trató del tramo central de un discurso que se escuchó después de que hablaran varios dirigentes sindicales, docentes, no docentes y de los rectores que se refirieron a la cuestión universitaria.
Además de las decenas de miles de argentinos que se movilizaron para defender el valor de la educación pública, hubo también dirigentes opositores que participaron de la movilización más numerosa desde que Javier Milei asumió la Presidencia. Además de CFK, estuvo una gruesa columna de La Cámpora encabezada por Eduardo De Pedro; el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y su esposa Malena Galmarini, que fueron a acompañar a sus hijos Tomás y Milagros; y el presidente de la UCR y senador Martín Lousteau.
También, los secretarios generales de la CGT Pablo Moyano y Héctor Daer, junto con un nutrido grupo de integrantes del movimiento obrero; la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri, mientras que el ex jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta apoyó la marcha con una foto que se sacó el lunes frente a la Facultad de Ciencias Económicas. Y la conducción y militancia de la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Todos los dirigentes y los miembros de los partidos políticos y sindicatos, a pedido de los organizadores, quedaron detrás de la cabeza de la movilización que estuvo a ocupada por los integrantes de la comunidad universitaria y educativa, que fueron los que lograron transmitir un convocatoria que puso de relieve el compromiso de la sociedad argentina con la educación pública -sobre todo la superior- como herramienta de movilidad social ascendente.
“La sociedad mostró que quiere defender las universidades públicas, porque es de las pocas cosas que el Estado le brinda de calidad”, manifestó Emiliano Yacobitti.