El melanoma ocular es un gran desconcierto y también cuesta reconocer la enfermdad concreta. Especialistas explican de qué se trata y cuáles son los síntomas que trae. Y algo muy importante, los controles anuales.
El cáncer de ojo es más habitual de lo que se cree. Obviamente no es tan frecuente como otros tipos de cáncer, pero no es una situación aislada. Hay diferentes tipos de cáncer de ojo y en diferentes estructuras, internas y externas.
Esto puede ser un tumor primario maligno del ojo, al igual que puede darse una metástasis al ojo y el cáncer de origen avanza por otra parte del cuerpo, o bien que el cáncer en el ojo se esparce por diferentes partes del cuerpo.
Los melanomas oculares se encuentran en la segunda posición del tipo de cáncer más común de melanoma. Este se comporta de manera diferente a otros tipos de cáncer y generalmente son cosiderados más letales. De ahí surge la preocupación de los profesionales.
María Carolina Gentile (MN 107.891 y MP 333.223), oftalmóloga especializada en Oncología Ocular del Hospital Italiano de Buenos Aires, cuenta que los tumeros que afectan al ojo no son tan frecuentes en comparación con otros tumores sistémicos. Aunque puedenevolucionar en una urgencia médica de gravedad y también en algunos casos una pérdida de visión significtavia, en algunos casos incluso la vida.
El melanoma de coroides, detalla la especialista, es el tumor intraocular maligno primario más frecuente del adulto. Su incidencia es de 4 a 6 casos por millón de habitantes por año y predomina en los adultos, si bien ultimamente diagnostican cada vez más gente joven.
No siempre produce síntomas tempranos, y cuando se diagnostica, produce o visión borrosa oalteración del campo de visión, estos ya pueden ser síntomas tardíos. Por eso, se recomienda ir al oftalmólogo y realizar un fondo de ojos con dilatación para examinar no sólo el sector central sino también el sector periférico del fondo de ojos.
La primera alternativa de tratamiento es la conservadora, la braquiterapia epiescleral, que consiste en colocar intraquirúgicamente una placa con semillas con radiación, que es suturada a la pared del globo ocular para poder irradiar al tumor e inactivarlo. Es importante la colocación de forma correcta y con un margen de seguridad adecuado para que el tratamiento sea exitoso. Esto se logra en más del 90% de los casos en ojos que han sido correctamente tratados.
Otra alternativa de tratamiento es la extirpación del ojo (enucleación), que todavía es utilizado para tumores grandes, tumores con compromiso del nervio óptico o en tumores que ya se extendieron fuera de la esclera.
El pronóstico de vida del paciente realizando un tratamiento conservador o realizando la extirpación del ojo es el mismo a largo plazo, por lo cual, si es viable, los expertos prefieren el tratamiento conservador.
Lo que sucede es que al ser enfermedad maligna siempre se busca trabajar en forma multidisciplinaria con el oncólogo clínico. El paciente debe controlarse de por vida. La sobrevida y las secuelas visuales dependen del diagnóstico temprano y del tratamiento adecuado y oportuno, por eso es muy importante un examen oftalmológico de rutina, con realización de fondo de ojos con dilatación realizada por el especialista por lo menos, una vez al año.