El Gobierno negocia contra reloj con los legisladores y con los gobernadores dialoguistas, porque ve muy complicada la aprobación en particular.
Desde que la Ley Bases consiguió la media sanción en Diputados, el oficialismo no para de contar los porotos para saber si el proyecto pasará completo por el Senado. Milei y los suyos temen que la oposición logre una mayoría para rechazar uno o varios capítulos, lo que significaría que la norma deba volver a la Cámara baja para su tratamiento final.
Esto implicaría un retraso en el apretado cronograma político del Gobierno, por lo que decidieron avanzar con los preparativos para el Pacto de Mayo de todas formas, para celebrarlo sin demoras el 25 independientemente de que la ley esté o no previamente sancionada.
Un retroceso en la Cámara revisora no sería necesariamente una derrota, porque la ley podría sancionarse de todas formas. Pero indefectiblemente representaría un traspié y, en las últimas horas, los condicionamientos que había puesto el Gobierno para realizar el Pacto de Mayo pasaron de firmes a inexistentes. En lugar de estar sujeta a la aprobación de la Ley Bases, como había dicho Milei el 1ro de marzo, el gran acto que tienen previsto en Córdoba se mantendrá firme pase lo que ocurra en el Parlamento. “Se hace igual”, dijo tajante y con tono grave un asesor del primer mandatario que, sin embargo, apuraba las negociaciones con los gobernadores. Mantienen las esperanzas de que se apruebe antes, pero saben que la oposición más dura no se las dejará fácil.
Tanto es así que el Presidente se apresta a firmar el decreto que permitirá que la Orden de Mayo, condecoración prevista sólo para dignatarios extranjeros, pueda ser entregada a dirigentes locales para usarla como distinción para los gobernadores que firmen el acta de acuerdo. Además, la Secretaría General, que conduce su hermana Karina Milei, ya mandó a acuñar las medallas de condecoración. Y si bien no se informó la cantidad de insignias, es seguro que no serán 24.
El Gobierno ya avisó que sólo invitará a los gobernadores que acompañen, así que se tallarían como mínimo 10, una para cada uno de Juntos por el Cambio. Una onceava podría ir a manos del anfitrión del acto, el mandatario peronista Martín Llaryora; y otras dos destinarse, si accedieran a asistir, a los peronistas que colaboran con el Gobierno en el Congreso, Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo.
La cita, está casi confirmado, será en el Palacio de Justicia, y prometen, tal como ocurrió en la previa de la Asamblea Legislativa, que habría una “sorpresa”, que se guardarán hasta último momento para generar expectativa.