Milei le pidió la renuncia a Nicolás Posse y Guillermo Francos es el nuevo Jefe de Gabinete

El Presidente desplazó al funcionario debido a “diferencias de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas”. La decisión la tomó antes de iniciar el viaje a Estados Unidos.

El presidente Javier Milei decidió este lunes aceptarle la renuncia a Nicolás Posse como Jefe de Gabinete. En su lugar, nombró a Guillermo Francos, quien junto a su nuevo cargo retendrá el Ministerio del Interior. La decisión la tomó el jefe de Estado tras semanas de rumores y cuestionamientos al ahora exfuncionario desde lo más alto del gobierno por las demoras en la gestión y las diferencias con dirigentes de primera línea de la administración libertaria.

La Oficina del Presidente confirmó la dimisión y anunció de manera oficial su reemplazo por el titular de la cartera política, quien tuvo una importante tarea en las negociaciones con la oposición y en ser uno de los voceros y defensores más activos del oficialismo, desde la campaña y desde el inicio mismo de la gestión. Se trata de una decisión que venía siendo discutida en el denominado “triángulo de hierro” que el jefe de Estado forma con su hermana, la secretaria General Karina Milei, y con el asesor Santiago Caputo. La noticia se comunicó minutos antes de subir al avión con destino a Estados Unidos.

El presidente había adelantado la semana pasada en una entrevista televisiva que iba a tomar una decisión sobre su equipo de colaboradores. Aunque habló de poner “en revisión” a todo el Gabinete, su mirada estaba puesta en Posse. Haber designado en su reemplazo con funciones ampliadas a Francos empodera a una figura clave para los desafíos que tiene por delante la gestión de La Libertad Avanza: la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal, como condición necesaria para firmar el Pacto de Mayo.

También queda pendiente la incorporación de Federico Sturzenegger a la administración. El propio Milei había anticipado esa posibilidad en un nuevo Ministerio a crearse, que podría ser de modernización o de desregulación.

Junto a Posse, presentó la renuncia a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvestre Sívori, un abogado que trabajó en el gobierno de Macri de la ciudad de Buenos Aires y en la Nación, y que había llegado al cargo de la mano del saliente jefe de Gabinete. Queda aún por resolverse la permanencia o la salida de otros dos funcionarios de su riñón, como es el secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo; y su par de Empresas y Sociedades del Estado, Mauricio González Botto.

El Dr. Guillermo Francos asumirá cargo de Jefe de Gabinete de Ministros con el objeto de brindar mayor volumen político a la Jefatura de Gabinete. En ese marco, la Jefatura absorberá las competencias del Ministerio del Interior, en una Secretaría de Interior, a cargo del Dr. Lisandro Catalán”, informó la Oficina.

Además, resaltó que el nuevo jefe de Gabinete “aportará su profesionalismo, experiencia y capacidad política” al cargo de ministro coordinador, “luego de ejercer exitosamente el cargo de Ministro del Interior, habiendo sido uno de los artífices de la gesta que llevó a Javier Milei a la Presidencia, y siendo reconocido por todas las fuerzas políticas por su capacidad de gestión y consenso”.

En otro comunicado difundido este lunes, el Gobierno dejó en claro los cuestionamientos severos a la gestión de Posse. “En el día de hoy, el presidente Javier Milei presentó la renuncia presentada por Nicolás Posse a la Jefatura de Gabinete de Ministros. Motivó esta decisión la diferencia de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas. Posse continuará acompañando, como desde el primer día, las ideas de la libertad, la defensa de la vida y la propiedad y el proyecto de una Argentina libre, impulsado por el Presidente Milei. Lo hará desde un nuevo rol, que será dado a conocer en los próximos días. Esta semana se avanzará en una transición ordenada junto al Ministro del Interior, Guillermo Francos, quien asumirá el rol a cargo de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Fin”.

Nicolás Posse había quedado bajo la lupa de Milei -quien siempre le reconoció una relación de amistad personal de años- desde que se demoró de manera injustificada en la separación del gobierno del entonces ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro. A ese funcionario, el presidente lo echó por considerarlo responsable de una filtración a la prensa de información sensible de una reunión de Gabinete. El mandatario resolvió despedirlo pero el proceso de desvinculación tardó meses, supuestamente por la dificultad en distribuir las funciones de esa cartera en otros ministerios.

A ese mal paso inicial, le siguieron los retrasos en la designación de gran cantidad de posiciones en la administración pública central que, todavía, siguen vacantes. Se agregaron los aumentos de sueldos a los funcionarios del Gabinete que pasaron por su firma y la del propio Presidente. Y se le sumaron fuertes diferencias de criterio con Karina “El Jefe” Milei. También hubo mucha disconformidad con el informe que brindó ante el Senado de la Nación: hubo quejas porque desenfocó la atención del Pacto de Mayo y el paquete fiscal, a un acto institucional que podía haberse demorado dos semanas o incluso un mes más. Y también se escucharon críticas por el tono cansino y apagado para defender al Gobierno frente a las agresiones inclementes del kirchnerismo.

La pésima sintonía entre ambos había quedado expuesta cuando el mes pasado el entonces jefe de Gabinete fue el único funcionario que se ausentó de la presentación que hizo Milei en la Fundación Libertad. “No están bien las cosas entre ellos. Hay mucha bronca porque se le pide decisiones que no toma o toma decisiones en sentido contrario”, reconoció semanas atrás una fuente calificada del Gobierno, cuando todavía los rumores de un despido circulaban sotto voce. El otro dato que ya selló su suerte fue la ausencia ruidosa del ahora exJefe de Gabinete a la presentación del libro en el Luna Park.

Las versiones sobre su desempeño deficiente fueron escalando al mismo ritmo que crecían los elogios internos por la tarea componedora de Francos y la infatigable acción política para lograr que en el Congreso avancen dos proyectos que son clave para el Gobierno: la Ley Bases y el paquete fiscal. Con la decisión de Milei, el rol de Francos toma una envergadura distinta para encarar las negociaciones con la oposición.