Crónica dramática de lo que estuvo lejos de ser “un retiro espiritual” y agudizó al extremo la tensión previa existente. Polémica con el documento final y con la comunicación oficial a la prensa.
Prólogo: Jueves
¿Cambio mal pensado o malpensado?
El cambio en el cronograma, en el que se adelantó para la noche del viernes el debate político, generó un verdadero escándalo. La información que publicó este medio al respecto se ubicó entre las tres notas más leídas del día porque se viralizó en los grupos de chats de intendentes, dirigentes y militantes indignados por la decisión.
Ese segmente del tradicional encuentro en Villa Giardino se realizaba siempre los sábados y esa decisión “dejaba fuera a muchos que no pueden asistir en días laborales o que tienen dificultades para organizar o costear lo que implica quedarse a pernoctar o permanecer dos jornadas”.
Pero hay otro condimento: hay quienes sabían que Rodrigo De Loredo, quien mejor mide hoy entre los referentes del partido en Córdoba, no podía estar presente el viernes porque tenía un compromiso muy importante en su entorno familiar, detalle que saltaría a escena el sábado cuando sus allegados pusieron el grito en el cielo en sus redes sociales.
Con malas intenciones o sin ellas, el cambio fue una torpeza que generó un ambiente poco propicio en la antesala del encuentro.
Capítulo 1: Viernes
La tropa le dice basta a los capos del partido
Si algo quedó claro en el debate que al final ocupó la fría noche del viernes en Villa Giardino es que la tropa puso un límite contundente a los referentes del partido.
Por un lado, los intendentes y, por otro, la juventud, ambos sectores con enérgicos y encendidos planteos, le expusieron cara a cara condiciones y exigencias a los que hasta ahora vienen manejando, por lo general desde pasillos y mentideros, las cuerdas del partido.
Para ponerle un nombre, la Tropa: los que hacen la diaria en la calle y con la gente, los que llevan adelante gestiones, conducen equipos, superan crisis económicas y sanitarias, trabajan con los vecinos para llevarle paliativos a las múltiples demandas de una provincia con la mitad de su población en condición de pobreza; todos ellos, intendentes, funcionarios políticos apasionados que ocupan esos puestos de acción y baja remuneración porque vienen desde jóvenes involucrados con los valores del partido y, en especial, los militantes, esos que caminan la calle a diario, que se anotan en todas las misiones de campo, que llevan la comida, los remedios, la educación y la cuotita de esperanza diaria a la gente, todos ellos, dijeron ¡Basta! Así, entre signos de admiración y con mayúsculas.
Dijeron ¡Basta! “A los que desde hace años manejan el partido en mesas de café y arman las listas en cuartos cerrados”.
Dijeron ¡Basta! “A los que reparten los cargos para ocupar o controlar espacios de poder”.
Dijeron ¡Basta! “A los que llevan al partido a alianzas o acuerdos forzados que benefician sólo a dos o tres y proponen cabezas de lista extrapartidarios”.
Dijeron ¡Basta! “A los que antes dividieron y ahora acusan o señalan a los que quieren que el radicalismo imponga su legítimo liderazgo en una alianza”.
Dijeron ¡Basta! “De perder ciudades y localidades por sumarse y aceptar estrategias electorales que benefician a los rivales”.
Dijeron ¡Basta! “De ningunear a los que gestionan y trabajan en forma permanente en las calles y con la gente”.
Dijeron ¡Basta! “De acusar a los que consiguen en los gobiernos provincial y nacional las soluciones para sus comunidades, algo que nunca lograron de parte de los referentes del partido”.
Dijeron ¡Basta! “De tener una conducción que excluye y discrimina a las mujeres, al interior y a los jóvenes que no son portadores de apellido designado”.
Eso y mucho más se escuchó en el amplio salón del hotel de Luz y Fuerza de Villa Giardino, donde una rebelión verbal amenazó con abrir una nueva era el en partido más cordobés de todos los partidos.
Capítulo 2: Sábado
Decir lo que no se dijo y hacer callar
Con una aparente inocencia similar a la cometida al anunciar el miércoles a la noche el cambio de cronograma, el documento final, que se leyó a los apurones, y la gacetilla oficial que se envió a la prensa el sábado desataron otro escándalo.
Los puntos dos y tres del documento son el centro de los disgustos y los reclamos. El dos dice textualmente: “(…) reafirmamos nuestra pertenencia a la construcción política de Juntos por el cambio como herramienta para articular una propuesta que nos permita gobernar esta provincia”.
El tres, en tanto, señala: “El radicalismo de Córdoba, fiel a su mandato histórico, expresa que propondremos candidatos dentro de Juntos por el Cambio (…)”.
“No fue eso lo que dijimos el viernes; vamos a permanecer dentro de Juntos para el Cambio si el candidato a gobernador en esa alianza es un radical. De lo contrario, vamos solos como partido o con otra alianza que respete esa condición”, se quejó un intendente que sintetizó el malestar expresado por muchos de sus pares.
Con la gacetilla emitida a los medios pasó otro tanto, ya que el título mismo se refiere a la desatada discordia: “El radicalismo de Córdoba propondrá candidatos dentro de Juntos por el Cambio”.
No es eso justamente lo que les dijo el presidente del partido, Gerardo Morales, al hablar al cierre del encuentro: “Quiero que les quede claro que voy a venir a esta provincia únicamente para apoyar a un candidato o candidata que sea radical”.
Al mencionar ambos géneros, el gobernador jujeño dejó abierta la posibilidad de que sea una mujer, en línea con la inclusión que vienen reclamando desde la militancia femenina, tema que también estuvo presente en los planteos del viernes.
Como si todo esto fuera poco, a la tarde estallaron los intendentes allegados a De Loredo con posteos en sus redes en los que denuncian que a su líder no lo dejaron hablar en el encuentro:
“54 por ciento de los votos en 2021. El triunfo más importante de la historia en elecciones legislativas. El dirigente de la @UCRCBA mejor posicionado. Y en Giardino no lo dejaron hablar”, escribió Marcos Ferrer, jefe comunal de Río Tercero.
Su par de Morteros, José Bría, en tanto, acompañó: “El partido debe interpretar lo que sucedió en las últimas elecciones. Éramos muchos militantes los que queríamos escuchar a Rodrigo de Loredo esta tarde en Giardino”.
Volvamos al prólogo y nos encontramos con el epílogo y el título: los organizadores de Giardino, esta vez, armaron un desencuentro.