Cristina difundió la carta con la que el legislador jujeño Guillermo Snopek le anunció su decisión.
Tras la fractura del bloque oficialista en el Senado, la dirección de Comunicación de la Cámara Alta, que preside Cristina Fernández, difundió la carta que envió el jujeño Guillermo Snopek para justificar la ruptura, en la que lanzó fuertes cuestionamientos a la gestión del presidente, a quien le achaca “estar alejado de las prioridades” de la sociedad argentina. En otras palabras, la vicepresidenta intenta así mostrar que ese quiebre es por el malestar de esos legisladores con Alberto Fernández, cuando en rigor el bloque oficialista le responde a ella.
“Motiva mi decisión, en primer término, la distancia cada vez mayor que siento respecto al rumbo de gestión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, alejado -a mi humilde entender- de las prioridades que nuestro pueblo demanda”, sostiene el comunicado enviado por Snopek. Cristina recibió la carta al mediodía y la Dirección de Comunicación del Senado la difundió con el correr de las horas.
El nuevo bloque estará presidido por el senador jujeño y lo secundará la peronista disidente Alejandra Vigo. A ellos se sumarán Edgardo Kueider (Entre Ríos), Carlos Espínola (Corrientes) y María Eugenia Catalfamo (San Luis). Salvo Vigo, todos integraban hasta este miércoles la bancada del Frente de Todos, encabezada por José Luis Mayans, y con directa injerencia de la vicepresidenta.
La ruptura entrará en vigencia el 1° de marzo, en ocasión del discurso de apertura de sesiones ordinarias que realizará Alberto Fernández, con el Congreso reunido en Asamblea Legislativa. A su vez, este jueves 23 se llevará adelante la sesión preparatoria en la que se elegirán las autoridades legislativas para el próximo período.
En su carta, Snopek disparó varias veces contra la Casa Rosada. “En tanto representante de mi Provincia, no puedo dejar de señalar la falta de incidencia favorable que el Presidente ha tenido en los últimos tiempos para con Jujuy”, indicó. Crítico acérrimo de Gerardo Morales, el legislador le reprochó a Fernández no haber tomado medidas respecto de las denuncias que recaen sobre el Poder Judicial de esa provincia. “No puedo, ni quiero, asistir cómplicemente a la pérdida total de la institucionalidad en la provincia de Jujuy, con un gobernador que no respeta ni la división de poderes, ni la Constitución ni ningún mecanismo de contrapeso”, afirmó en la nota de renuncia al FdT.
El legislador se hizo eco así de los cuestionamientos que el kirchnerismo duro le realiza a Morales. Y, por decantación, apuntó contra Alberto Fernández. “El deterioro absoluto del Estado de Derecho en mi provincia, que comenzara a fines del año 2015, no ha hecho sino profundizarse desde el año 2019. Ha sido, en ese sentido, una gran decepción para todos los que creímos que la asunción de Alberto Fernández podía representar un nuevo porvenir”, agregó.
Y añadió: “En este 2023 que recién comienza, estamos asistiendo impávidamente a un carnaval de detenciones a la carta del gobernador Gerardo Morales, a fin de disciplinar y amedrentar a la oposición en vísperas de la campaña electoral. La indiferente mirada del Gobierno Nacional, erosiona la esperanza de que los Derechos Humanos puedan volver a ser respetados en Jujuy”.
Al concluir la misiva, Snopek remarcó su desacuerdo con el Gobierno. “Siempre he defendido las banderas del peronismo y creo que hoy se aplica más que nunca el principio de que mejor que decir es hacer”, afirmó.
Tras su primera carta, el jujeño le envió una segunda a Cristina, al caer la tarde, cerca de las 17:30. Allí, formalizó la conformación del nuevo bloque Unidad Federal. Snopek la firmó junto a Alejandra Vigo, María Eugenia Catalfamo, Edgardo Kueider y Carlos Mauricio Espínola.
La fractura del oficialismo es un verdadero golpe político para la vicepresidenta, ya que le hará perder el control de la Cámara Alta. Con la pérdida de cuatro senadores, el interbloque del Frente de Todos pasará a tener 31 integrantes y quedará definitivamente lejos de poder alcanzar el quórum de 37 presentes, como ocurrió hasta el año pasado, cuando con la ayuda de tres aliados provinciales pudo imponer la agenda del kirchnerismo sin demasiados contratiempos.
Ahora, además de negociar con los provinciales, Cristina tendrá que sentarse a pactar el armado de las sesiones con el nuevo conglomerado de peronistas disidentes. El daño es aún más duro si se toma en cuenta que, con la partida de cuatro senadores, el kirchnerismo pierde su condición de primera minoría en la Cámara Alta, la que pasará a ser detentada por Juntos por el Cambio, cuyo interbloque tiene hoy 33 senadores.