Siete exparticipantes fueron parte del reality de cocina conducido por Wanda Nara en una noche en la que pasó de todo.
La noche del lunes fue muy especial para MasterChef (Telefe), con la sorpresiva visita de siete participantes de Gran Hermano (Telefe), que oficiaron como ayudantes a cada uno de los concursantes para lograr el mejor plato. Las duplas conformadas dejaron diversas perlitas durante las preparaciones. Alfa protagonizó el momento más tenso, Romina vivió una incómoda situación con el jurado y Daniela temió por su vida.
Marcos Ginocchio, Julieta Poggio, Romina Uhrig, Daniela Celis, Thiago Medina, Nacho Castañares y Walter “Alfa” Santiago tuvieron su ingreso triunfal a las cocinas de MasterChef por una noche. ¿Su misión? Ayudar a los participantes a preparar el mejor plato, según la caja que eligieron con ingredientes. Las duplas se conformaron por sorteo y Juan Ignacio no se mostró muy conforme con quién le tocó.
“Todavía no estamos cocinando y Alfa ya está bajando data de qué quiere hacer. Se va a hacer lo que yo quiera, el que está concursando soy yo”, fue lo primero que dijo ante el exhermanito para ponerle los puntos.
Pero, la tensión fue en ascenso, ya que el participante más polémico de GH le daba órdenes y, cuando tuvo que hacerse cargo de la preparación, se elogió a sí mismo: “Ahora cocina el capo, el ganador, el número uno. Dame la cocina tres minutos que te la prendo fuego”.
Pero, eso no fue lo único que llamó la atención, ya que apenas ingresó le explicó a Wanda Nara que él ya contaba con la importante distinción del ciclo: el delantal. “Me lo robé. Cuando estuve hace muchos años, me lo llevé y todavía lo tengo”, aclaró sobre su participación en 2014 donde no pasó de la primera ronda. Luego, mandó al frente a Donato De Santis al indicar que fue quien le permitió llevarse el objeto distintivo.
Más allá de lo ocurrido con Alfa, la noche tuvo otros momentos imperdibles. Daniela no pasó desapercibida en la dupla con Rodrigo, en donde se mostró predispuesta ante las indicaciones de su compañero, pero se llevó una sorpresa que le dio temor. Cuando le tocó dar vuelta la preparación en la sartén, una llamarada la obligó a dar paso atrás. Sus gritos alertaron al resto, y luego del susto, comenzó a reírse.
Marcos también tuvo una situación que lo dejó al borde del peligro. Mientras su compañera, Delfina, explicaba ante Donato el plato a realizar, el chef le pidió al campeón de Gran Hermano que probara uno de los ingredientes así se “adentraba” en la preparación. Él no dudó, agarró el frasco de picante e ingirió una importante medida.
Poco tardó en dejar su característica sonrisa para tener un serio gesto, que intentó disimular pero no pudo, ya que el picante comenzó a “quemarle” la garganta. “Puede pasar”, indicó mientras tomó una botella de agua para apaciguar “el fuego” que sintió.
Romina, quien era la encargada de cocinar siempre en Gran Hermano porque le gusta mucho se mostró feliz por poder estar presente ante los jurados. Si bien se la notó molesta por no poder tomar el mando, hizo una excelente dupla con Silvana. Sin embargo, Damián Betular la hizo vivir un momento incómodo.
“Ella fue la que dijo que le dejaste el repasador sucio”, lanzó el pastelero a su colega, Donato, cuando junto al resto del jurado pasaron por la estación de la dupla de mujeres.
Romina se limitó a mirar hacia sus compañeros a los que le daba la espalda, en búsqueda de complicidad. Es que para Betular no fue un asunto olvidado el comentario que la exhermanita hizo en la recta final del reality cuando los chefs ingresaron a la casa para un momento divertido y ella acusó al chef italiano de “sucio”.
Finalmente, todos los participantes presentaron sus platos y solo tres de ellos lograron el cometido: subir al balcón para pasar a la próxima ronda. Las comidas preparadas por las duplas de Antonio y Thiago, Estefanía y Nacho y Rodolfo y Julieta conquistaron al jurado. El resto obtuvo el delantal gris, que los pone a un paso de la eliminación.