“Nueve reinas” vuelve a la pantalla gigante, pero totalmente remasterizada

¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.

“Nueve reinas” vuelve al cine después de 24 años de su estreno, totalmente remasterizada desde los negativos originales y llevada al 4k. Se mezclo el sonido en 5.1 canales y luce magnífica.

El filme es un inteligente divertimento cinematográfico, construido con notable precisión e ingenio sobre las sólidas bases del guión y las dos interpretaciones principales excelentes.

Como en un reportaje a lo “Pickpocket“, vemos pronto el doble fondo de una escena callejera en un momento al azar, su trastienda delictiva. El maestro estafador va indicando al alumno los sutiles —perceptibles sólo para el ojo avisado— movimientos del carterista, el robacoches, el tironero, el ratero o el timador, mientras “trabajan” en esquinas. Y para enriquecer su léxico de aprendiz, le dicta los términos que designan tipos de “chorro”: descuidistas, culateros, abanicadores, boqueteros, gallos ciegos, escucheros, mostaceros, pungas, garfios, arrebatadores, mecheras…

Lo que comienza cercano al docudrama, anunciando descripción naturalista de bajos fondos y picaresca, iniciación a la marginalidad y sus triquiñuelas, se va convirtiendo en una espiral estratégica, una multiplicación de ficciones y máscaras, una acumulación explosiva de truco, amago y doblez, un pulso psicológico de jugadores astutos.

La forma de tramar Bielinsky recuerda a El Golpe (y a otra película, cuya simple mención debe hacerse con spoiler) por la técnica de capas argumentales superpuestas, que se disponen y retiran para potenciar la intriga en el espectador, a quien al final, y en balance, seguramente habrá merecido bastante la pena el recorrido. Una película adelantada a su tiempo. Filmada con precisión de relojería.

Desnuda la realidad argentina en la pre crisis del 2001, donde el país vivía incertidumbres, pobreza, miseria y fabricaba todo tipo de delincuentes, cuando todo se venía abajo. Nada a cambiado. Hoy la ves y parece filmada ayer. Duele, molesta, pero la historia no pasa por ahí. Es un excelente cuento de la viveza criolla y la argentinidad al palo.

CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️↗️