¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
De todo el universo de “El Conjuro”, la primera película sobre la monja demoníaca fue la que más dividendos rindió (365 millones), a pesar de ser una mediocre historia de manual.
Con el aporte del director Michael Chaves (“El Conjuro 3” y “La maldición de la llorona”, dos películas malas, dentro de todo este multiverso) y apelando, está vez, a una cuidadosa producción de vestuario, arte y locaciones (parte de la filmación se hizo en un antiguo monasterio de la Provenza francesa), “La Monja II” tiene un público asegurado que se asustó con esta religiosa con dientes de vampiro en hileras de tiburón y es obvio que no se trata de aquellos que crecimos con clásicos como “El Exorcista”, “La Profecía” o “Poltergeist”, sino otra generación, mucho más joven, que conocieron el género desde otro lugar.
Con Taissa Farmiga, Jonas Bouquet y Bonnie Aarons de la primera entrega, y la suma de Storm Reid y Anna Popplewell, la peli sigue su acción cuatro años después del final de la primera. Con varios nudos narrativos que luego se entrelazan, todo comienza con el asesinato de un sacerdote y sigue, consecuencias típicas del género, con suspenso y los típicos sobresaltos. Nada nuevo bajo el manto del terror, pero que funciona bien para los fanáticos que se inician en el género.
Por momentos la aventura se parece a cierto famoso antropólogo que busca objetos que dan poder, pero recubierta cada acción con la seguridad de una fe para vencer la presencia del mal. El demonio Valak seguirá dando ganancias con esta entrega donde las mujeres juegan su rol de valentía escudadas en sus creencias. La primera fue floja y un éxito, la segunda es algo mejor (tampoco ninguna obra maestra). Todo es obvio, previsible y nada sorprendente, que, a pesar de ello, tendrá igual destino que su predecesora.
PD: Hay una escena post créditos que nos prepara para lo que vendrá en El Conjuro 4.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️