Estreno de la semana: “Indiana Jones y el día del destino”

¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.

La quinta película sobre el aventurero y arqueólogo Indiana Jones contiene un ingrediente que ninguna de las anteriores tenía: voluntad de despedida. Es decir, se ha hecho y está aquí para ser la última.

Aquí hay otro director, James Mangold, otros guionistas y otros personajes, pero no se echa de menos el espíritu ni de Spielberg ni de Indiana. Ni siquiera el de un Harrison Ford joven, que aparece rejuvenecido digitalmente en la aventura de arranque siempre espectacular de la serie.

El guion no es un prodigio de novedad, al menos hasta su último tercio que rotundamente sí lo es: transcurre la aventura de modo espectacular, con buenos momentos de tensión, persecuciones y exageraciones, y con un excelente exprimido de las posibilidades mágicas del cine y de la geografía del mundo.

Hay química con su ahijada en la trama, Phoebe Waller-Bridge, y el siempre solvente Mads Mikkelsen como el villano. Se suman Antonio Banderas, John Rhys Davis (repitiendo su papel del incondicional Sallah) y la aparición de un personaje clave (que no spoilearé).

En fin, uno va pasando este Indiana Jones con los aderezos habituales, entre viajes, enigmas, ‘macguffins’, adrenalina, humor, musicalidad y tic-tac hasta que llega lo inesperado, lo genial, lo increíble, mareante e inolvidable. Harrison Ford es todos los Indiana Jones, también éste, viejo pero joven, ágil pero torpe, tan fundido al estereotipo del personaje y tan atractivo en él que ennoblece la película y aparta a manotazos cualquier reticencia sobre ella.

Destaca la música del maestro John Williams (que se despide también del cine) con una partitura ‘old fashion’ de las que ya no se escuchan y que apelando a un tema del pasado, para un personaje clave en la vida de Indy, nos emociona hasta las lágrimas. Este Dial del Destino es una despedida, también es la mejor manera de quedarse y permanecer.

CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️