SUQUIA
¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
A 40 años de la recuperación de la democracia, es singularmente importante, como lo fue “Argentina 1985”, poner la mirada sobre un momento crucial de nuestra historia. Los primeros momentos del gobierno de Alfonsín y el accionar de un poder siniestro llamado “la mano de obra desocupada”, formada por grupos de tareas, enquistados en el poder, que demostraron su accionar con distintos y numerosos secuestros a integrantes de familias pudientes.
El film es dirigido por Daniela Coggi (El crimen del country y El hilo rojo) y escrito por ella y Andrea Garrote. Se basa libremente en el libro “El salto de papá” de Martin Sivak. El caso resuena fácilmente en la memoria de los argentinos, también por la actuación de la esposa del secuestrado Martha Oyhanarte. Los nombres están cambiados, pero algunos detalles del caso siguen dando escalofríos: el poder de fuego residual del proceso, las fuerzas de seguridad infectadas que en vez de proteger al ciudadano lo atacan, las ramificaciones de esa verdadera mafia que llega hasta los pasillos de la casa rosada y las denuncias que hacen saltar a ministros.
Ese telón de fondo de nuestro pasado enmarca la intimidad del drama íntimo, la contraposición del regreso al país después del exilio, los sueños truncados, la vida familiar que debe seguir. El gran protagonista es el hermano del secuestrado que lleva adelante las negociaciones. Fueron dos años y tres meses de espera, el descubrimiento de negocios turbios familiares (manejo de dinero de terroristas) y fallos personales en inversiones que no funcionaron.
Un hombre que regresa con miles de sueños, que queda atrapado en una situación terrible y que se desmorona emocionalmente. Rodrigo de la Serna brilla en su contenida actuación que muestra los matices de ese tránsito entre tinieblas. Gran trabajo. Lo acompañan muy bien Julieta Zylberberg, Jorge Marrale, Andrea Garrote y German Palacios.
Primero en cine y después en Paramount+.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️
