SUQUIA
¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
De la mano de Michel B. Jordan como director y guionista, “Creed III” se presenta como un spin off del Rocky de Stallone que logró poner en órbita una secuela que ahora ¿termina? En esta tercera entrega el director es el protagonista y no aparece Stallone en cámaras, aunque sí en la producción, junto a Jordan y Coogler, que además es el co-guionista.
En su debut como director, Jordan utilizó por primera vez en un tema deportivo las cámaras digitales certificadas por Imax, que dan mayor nitidez, y en la estética de las peleas plasmó su amor y admiración por los animes, como Naruto y Dragon Ball Z. La historia tiene todos los ingredientes de la saga, que bien vale remarcar siempre puso su interés en el desarrollo de sus personajes.
Apolo es un hombre retirado y poderoso que tiene un gimnasio, propicia nuevos valores del deporte y disfruta de ser una celebridad. En ese mundo perfecto, irrumpe su pasado: su mejor amigo, casi un hermano de la infancia, que soñaba con la gloria de ser boxeador pero que vivió sus últimos 18 años en la cárcel envidiando su exitosa carrera.
Este sujeto vuelve para reclamar que se haga la esperada pelea final. Encarnado por Jonathan Mayors, el personaje cobra un valor extra. Debajo de la fama y el glamour, la historia nos quiere hacer creer que el personaje central tiene cuestiones emocionales sin resolver y eso, aunque se notan los hilos, funciona. Mantiene la necesaria lucha entre el bien y el mal, que fue el combustible de Rocky y persiste en Creed.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️
