Hay grandes expectativas de que se llegue a un alto el fuego o se concrete una fecha para una cumbre entre los presidentes de ambos países.
Agencias Télam y AFP.
Las negociaciones entre la delegación rusa y la ucraniana comenzaron este martes en Estambul, con un pedido del presidente turco Recep Tayyip Erdogan a que “pongan fin a la tragedia”, en el marco de la guerra entre las dos exrepúblicas soviéticas, que entró en su trigésimo cuarto día.
El diálogo en el palacio de Dolmabahçe comenzó poco después de las 10.30 hora local (4.30 en la Argentina), informó la agencia oficial turca Anadolu, citada por AFP.
Los negociadores fueron recibidos antes por el presidente anfitrión, quien les pidió que “pongan fin a la tragedia” de la ofensiva rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero.
Las negociaciones intentan frenar una guerra que ha dejado cerca de 20.000 muertos -según cifras extraoficiales originadas en estimaciones de uno y otro bando en pugna- y ha obligado a 10 millones de personas a dejar su hogar.
Las conversaciones se desarrollan en el palacio de Dolmabahçe que fue la última residencia en el Bósforo de los sultanes y también fue la última sede administrativa del Imperio otomano, y donde hay ahora oficinas de la presidencia turca.
“Ambas partes tienen preocupaciones legítimas, es posible llegar a una solución que sea aceptable para la comunidad internacional”, dijo el jefe de Estado turco al iniciar el diálogo.
Erdogan indicó que depende de ambas partes “poner fin a esta tragedia” porque “la prolongación del conflicto no interesa a nadie”.
“El mundo entero espera buenas noticias”, instó a los negociadores.
A juicio del mandatario turco, “es hora de que las negociaciones den resultados”. “En Turquía lo deseamos sinceramente y estamos dispuestos a hacer nuestro aporte”, dijo.
Erdogan reiteró la oferta de organizar en Turquía una cumbre de los presidentes de Rusia y Ucrania, reportó la agencia de noticias rusa Sputnik.
“Estas negociaciones (de hoy) podrían contribuir a una cumbre entre Rusia y Ucrania. Turquía esta dispuesta a acoger tal encuentro”, reafirmó.
El mandatario turco advirtió que su agenda no le permite quedarse en Estambul mientras duran las negociaciones, pero aseguró que las delegaciones podrán contar con la asistencia del titular de Exteriores, Mevlut Cavusoglu.
“Salgo a Uzbekistán, pero dejo en Estambul a mi canciller que va a proporcionar ayuda si es necesario”, dijo.
Los equipos negociadores de Moscú y Kiev celebraron varias rondas de consultas presenciales en el territorio de Bielorrusia a fines de febrero y en las primeras fechas de marzo, tras lo cual siguieron negociando por videoconferencia.
La reunión presencial de este martes es fruto de un acuerdo que Erdogan logró el domingo en una charla telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
El oligarca ruso Roman Abramovich -que ha intentado situarse como un negociador entre Moscú y Kiev- también estaba presente, según una foto difundida por la presidencia turca.
Tras una reunión en la capital ucraniana en marzo, el multimillonario, que desde la semana pasada tiene dos yates atracados en las costas turcas, mostró indicios de que podría haber sido envenenado. Otra foto de la agencia rusa Ria Novosti muestra a Abramovich junto a Erdogan y al canciller turco.
Turquía acogió el 10 de marzo en Antalya, en el sur del país, una reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania.
Sin embargo, ese encuentro no condujo ni a un alto el fuego ni a ningún avance significativo.
Turquía, que comparte costas en el mar Negro con los dos países beligerantes, ha realizado gestiones desde el inicio de la crisis para mantener vínculos fluidos con las dos partes y se ha esforzado para mediar en el conflicto.
Ankara es un aliado tradicional de Kiev y le ha entregado al país los drones Bayraktar, que Ucrania ha desplegado en el conflicto.
Por otro lado, también busca tener buenas relaciones con Rusia, ya que depende fuertemente de las importaciones de gas y de los ingresos por el turismo.
Turquía también se implicó, junto a Francia y Grecia, en la negociación de una evacuación humanitaria de los miles de civiles atrapados en el puerto ucraniano de Mariupol, bajo un duro asedio de los rusos.