Agencia Télam
Un hombre de 35 años al que le habían robado su auto murió al caer de un móvil policial en la ciudad santafesina de Rosario y su familia denunció que se trató de un abuso por parte de los efectivos, informaron hoy fuentes judiciales.
El hecho ocurrió ayer a la mañana, en Matiezo al 1700, de dicha ciudad del sur de la provincia de Santa Fe, donde Pablo José Bossio (35) se acercó a unos policías para alertar que le acababan de robar su Volkswagen Gol Trend y luego cayó muerto en el asfalto.
Respecto a lo ocurrido, la fiscal de Homicidios Culposos, Mariana Prunotto, ordenó un peritaje minucioso de las cámaras de seguridad y GPS de los oficiales ya que existen dos posturas antagónicas entre lo que denuncia la familia del y la versión policial.
En ese sentido, Andrés Bossio, hermano de Pablo, detalló en declaraciones a Canal 3 Rosario que, a partir del relevamiento de testimonio de vecinos, supo que “la Policía lo subió a la parte de atrás, salió acelerando, se golpeó la cabeza y se murió desnucado”. “Los policías lo hicieron subir atrás y salieron a toda velocidad, supuestamente“, señaló Andrés.
Ante esto, el hombre reconoció que Prunotto mantuvo una comunicación con él: “Me llamó y me dijo que van a abrir una investigación a los dos policías pero, ¿quién me lo devuelve a mi hermano?”.
Además, Andrés explicó que cuando reconoció el cuerpo de su hermano, este estaba “todo golpeado, desde la cabeza a la espalda, en todos lados”, y asevera: “Para mí fue abuso policial”.
Por su parte, la Policía presentó un descargo en el que sostuvo que todo comenzó cuando el fallecido le cortó el paso a una camioneta policial, para alertarlos sobre el robo de su vehículo.
En ese momento, según la versión policial, los oficiales se negaron a que el joven los acompañara en la pesquisa del automóvil. Esto habría sido desoído por el muchacho, que subió a la parte trasera del vehículo sin consentimiento de los agentes.
En consecuencia, los policías habrían arrancado a toda velocidad para iniciar el operativo, tirando al joven al piso y golpeando su cabeza contra el cordón.