Una vez que llegaron al penal, Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez fueron llevadas al pabellón de ingreso, donde pasaron siete días de aislamiento. Les explicaron cómo es la vida dentro de la cárcel.
Duermen en una celda diferente, pero pueden comunicarse entre sí porque están una al lado de la otra. Luego de acomodarse, tuvieron su charla religiosa con un capellán.
Ambas recibieron apoyo psicológico, se entrevistaron con algunas autoridades penitenciarias y con enviados del Ministerio de Derechos Humanos, tuvieron una reunión con personal de Educación donde las mujeres les contaron que tenían intenciones de finalizar el secundario, por lo que les tomaron los datos y formalizaron la inscripción para el ciclo 2022.
Comparten el pabellón con una mujer que ingresó al penal hace unos meses, acusada de haber asesinado a su hijo de la misma edad de Lucio. Nadie más que ellas tres se encuentran ahí.
Tendrán la posibilidad de recibir visitas de 9:00 a 13:00. Abigail ya recibió la visita de su mamá con quien estuvo por una hora.
Al terminar el período de encierro van a poder salir al patio y utilizar el teléfono público. En los próximos días también tendrán habilitados los cursos que suelen ofrecerles a las detenidas, como corte y confección, computación o algún taller en la biblioteca.