El río Paraná registra su mayor bajante en 77 años y desde el gobierno nacional pidieron limitar el consumo del agua en 7 provincias que son alcanzadas por esta importante vía fluvial. Ellas son Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.
Este fin de semana, el Paraná descendió otros 13 centímetros frente al puerto de la capital entrerriana, que se mantiene en -33 centímetros (debajo de la escala local), lo que configura la peor situación hídrica detectada desde 1944.
Mediante un comunicado emitido por la Jefatura de Gabinete de la Nación, se pidió “ahorrar agua en el consumo diario” y “almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar”, entre otras medidas. También se hizo hincapié en que se debe evitar las grandes quemas de pastizales como los que ocurrieron un año atrás, para evitar el requerimiento de agua en su control. Las recomendaciones fueron emitidas por la Jefatura a cargo de Santiago Cafiero el lunes por la noche, en cumplimiento de lo dispuesto por la Ley 27.287, según un comunicado del organismo nacional.
El sábado pasado, el Gobierno informó que asignó 1000 millones de pesos para mitigar los efectos de la bajante, que incluyen “la afectación sobre el abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema, la fauna íctica y la generación de energía hidroeléctrica”.
La provincia de Santa Fe tuvo que invertir unos 450 millones de pesos para mantener el servicio de agua potable, según un informe del diario La Capital de Rosario. “Extraer del río tal cantidad de agua para potabilizar y distribuir no solo es más complejo cuando el río se retira, sino también mucho más costoso”, advierte la publicación.
El investigador del Conicet, Juan José Neiff, sostuvo que los pronósticos de la bajante, que lleva 730 días, indican que al menos se prolongará hasta diciembre próximo. Neiff, en declaraciones al sitio El Once Digital, de Entre Ríos, sostuvo que “la cuestión no es solo la bajante extraordinaria del río Paraná, sino el tiempo ininterrumpido en esta situación, que ya alcanza 730 días”.
En el mismo sentido, apuntó que “la consecuencia más grave es la provisión de agua y pueden generarse problemas en muchas ciudades”. Por otro lado, el experto alertó que “puede ocurrir que en el verano tengamos cianobacterias por algas que son tóxicas”.
“Hay un aumento de probabilidades en el desarrollo de estas algas, lo genera que el tratamiento para la potabilización del agua sea más costoso”, añadió al respecto. En tanto, señaló que esos organismos pueden ocasionar problemas hepáticos en animales y personas que consuman agua del río, o directamente se bañen en sus aguas.