¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
Detrás de “La historia de mi mujer” hay una novela de Milan Fust, considerada un clásico de la literatura de Hungría del siglo XX; una directora excelente, también húngara; Léa Seydoux, una actriz fuera de lo común por su talento y por su belleza; y un joven y brillante director de fotografía, Marcell Rév.
Además, el protagonista masculino es Gijs Naber, buen actor holandés, y en el reparto figura Louis Garrel, actor y director francés de películas tan encantadoras como “El hombre fiel”. Una de las productoras es la alemana Maren Ade, directora de “Toni Erdmann”, la del padre hippie que se disfrazaba para seguir a su hija ejecutiva e interrumpirle su carrera en el mundo para el ajeno e inhumano de los negocios. La ambientación en los años 20 en París y en Amsterdam es, por lo demás, impecable.
Difícilmente semejante suma podría producir un resultado tan pobre como el que cree ver la mayoría de los críticos. Tal vez sea duro decirlo, pero el conjunto de las reseñas que he leído no levanta precisamente mucho vuelo desde ninguno de estos dos puntos de vista, conceptual y estilístico. Afortunadamente, no hay que calificarlas.
Se puede aceptar que la duración sea un poco excesiva, pero no que el relato de este amor raro entre una mujer libre y sofisticada, y un capitán de barco criado a la vieja usanza sea deshilachado, que no tenga núcleo o que, en última instancia, le falte refinamiento y calidad expresiva.
Está bien: poder, se puede. Yo no me lo creo y creo que “La historia de mi mujer” es sólida y muy rica en detalles.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️