De los 24 mandatarios, 14 ya confirmaron su presencia. ¿Qué pasa con el resto y qué esperan escuchar?
Tras haber sido víctimas de todas las dagas que disparó el ofuscado presidente Javier Milei tras el fracaso de la Ley Ómnibus, los gobernadores de la mayoría de las provincias decidieron asistir al discurso del Presidente en la apertura de sesiones del Congreso de la Nación y demostrar así mayor “cordura” y “disposición al diálogo” que el mandatario.
“Ojalá que después del discurso tengamos una ventana para dialogar“, fue la frase que utilizó un gobernador del norte argentino para resumir el anhelo de sus pares. En el chat de WhatsApp, que integran los 24, lo que predomina es el enojo y la sensación de que las agresiones del Presidente no tienen razón de ser. No hay explicación válida, dentro de la lógica política, para sostener en el tiempo un sinfín de descalificaciones.
Este viernes, a las 21, cuando Milei comience su discurso sobre el atril que hizo colocar adelante del cuerpo de la presidencia, la mayoría de los gobernadores del país lo escucharán a pocos metros. Pese a que lleva adelante un enfrentamiento sin precedentes con ellos, la mayor parte del bloque decidió viajar a la Ciudad de Buenos Aires y acompañar el acto formal en el que se abrirán las sesiones en el Congreso.
En la lista de confirmados están Carlos Sadi (Jujuy), Leandro Zdero (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Raúl Jalil (Catamarca), Marcelo Orrego (San Juan), Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Claudio Poggi (San Luis), Sergio Ziliotto (La Pampa), Axel Kicillof (Buenos Aires), Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Ignacio Torres (Chubut) y Hugo Passalaqua (Misiones).
Los ausentes justificados son Alfredo Cornejo (Mendoza), por la celebración de la Fiesta de la Vendimia; Alberto Weretilneck (Río Negro) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), porque tienen la apertura de sesiones en sus provincias; y Gustavo Sáenz (Salta), porque tiene la apertura de sesiones en su provincia y en la capital provincial (aunque hay posibilidades de que acomode la agenda y termine asistiendo).
Ricardo Quintela (La Rioja) y Gildo Insfrán (Formosa) fueron los únicos que no dieron justificación alguna. Gustavo Valdés (Corrientes) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) es probable que estén presentes en el recinto, aunque aún no confirmaron si viajarán. Mientras que Claudio Vidal (Santa Cruz) aún no respondió la invitación.
De los presentes, hay cuatro que han tenido fuertes enfrentamientos con el Jefe de Estado. Llaryora fue apuntado como uno de los “traidores” cuando fracasó el tratamiento de la Ley Ómnibus. A partir de ahí, Milei lo acusó de no querer apoyar el cambio que propone el Gobierno, lo mandó al psicólogo, lo incluyó en un grupo de gobernadores antipatria, le dijo que “juega sucio” y lo acusó de “no querer resignar ninguno de los privilegios de casta“.
El último enemigo público es el chubutense “Nacho” Torres, que decidió estar presente pese a las múltiples imágenes ofensivas que el Presidente replicó en sus redes sociales, además de incursionar en un acto discriminatorio dándole like a un postero en el que aparecía el Gobernador con el rostro editado con características de una persona con síndrome de Down.
Torres se plantó en la discusión con el primer mandatario por los giros de fondos coparticipables y generó una revuelta federal de los gobernadores, que están hastiados de las permanentes descalificaciones y ofensas de Milei, pero que vienen pidiendo que la Casa Rosada baje el tono de la disputa y convoque a una mesa de diálogo.
Los otros dos presentes que se subieron al ring fueron el santafesino Pullaro y Kicillof. El primero, al igual que Llaryora, fue apuntado como “traidor” porque los legisladores de la provincia no acompañaron el artículo de delegación de facultades para el Presidente. El segundo, es un enemigo desde del primer momento. “Del discurso esperamos confrontación y violencia“, advirtieron en La Plata. Esa es una relación inviable.