El papa Francisco fue dado de alta después de nueve días tras una operación por problemas intestinales

Si bien la oración del Angelus dominical y las audiencias de los próximos días están confirmados, la audiencia general del miércoles 21 de junio fue anulada “para salvaguardar la recuperación post-operatoria del Santo Padre”, informó el Vaticano.

Tal como se esperaba, esta mañana, entre una multitud que lo despidió con gran cariño y afecto, el papa Francisco fue dado de alta del hospital Gemelli, donde tuvo una operación abdominal el 7 de junio, y regresó al Vaticano.

Con el rostro un poco más delgado, pero evidentemente contento, cuando apareció en silla de ruedas en la planta baja del hospital se detuvo a saludar a la gente y a los periodistas presentes que lo esperaban: con su humor porteño intacto, cuando le preguntaron cómo estaba, respondió: “Estoy vivo”.

En medio de micrófonos y cámaras, alguien le consultó sobre el reciente naufragio en Grecia, en el que murieron más de 80 personas y por el que ayer envió un telegrama de pésame. Con rostro adusto, comentó: “Tanto, tanto dolor”.

El Pontífice, de 86 años, debió ser operado el miércoles de la semana pasada por unas hernias intestinales que le causaban dolores y que podrían haberle provocado una oclusión intestinal. En la cirugía, que duró tres horas y fue con anestesia general, le removieron las hernias incisionales (cicatrices internas) y le colocaron una red protésica.

Después de nueve días de internación el Papa, que ya estuvo hospitalizado otras dos veces en el Gemelli –a fin de marzo pasado y en julio de 2021, cuando se sometió a otra operación de colon–, abandonó el hospital en medio de gran cariño de una multitud que se juntó para verlo y saludarlo. “¡Viva il Papa! ¡Auguri! ¡Que se recupere!”, le gritaba la gente.

El exarzobispo de Buenos Aires apareció junto al profesor Sergio Alfieri, el cirujano jefe del hospital, que lo operó en las dos ocasiones y que lo acompañó hasta el Fiat 500 que lo esperaba en la entrada, junto a gendarmes del Vaticano.

En diálogo con los periodistas Alfieri –que en dos ocasiones había aparecido ante la prensa explicando la situación–, volvió a mostrarse muy positivo. “El Papa está mejor que antes”, dijo al recordar que confirmó sus próximos viajes, a Lisboa, Portugal, para la Jornada Mundial de la Juventud a principios de agosto, y a fin de ese mismo mes, a Mongolia. “Es más, los podrá enfrentar mejor que antes porque ya no tendrá el malestar por los disturbios anteriores: será un Papa más fuerte”, subrayó.

Ante una pregunta sobre cómo iba a seguir su convalecencia, Alfieri, irónico, destacó que “él no la hace, ya comenzó a trabajar”, aludiendo a ese costado hiperactivo de su paciente. Pero subrayó que, de todos modos, le habían pedido de continuar a hacer un poco de convalecencia. “Estoy seguro de que esta vez nos escuchará un poco más porque le esperan citas importantes”, remarcó.

De hecho, el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, adelantó que si bien la oración del Angelus dominical y las audiencias de los próximos días están confirmados, la audiencia general del miércoles 21 de junio fue anulada “para salvaguardar la recuperación post-operatoria del Santo Padre”.

Como ya es tradición, antes de regresar al Vaticano el Papa pasó por la Basílica de Santa María Mayor, para rezar y agradecer por el éxito de la operación ante el ícono de la Virgen Salus Populi Romani, de la que es devoto. En este templo también se detuvo a saludar a las personas que lo esperaban. “Recen por mí”, les dijo.

Además, hizo una breve visita privada a las religiosas del Instituto María Santísima Bambina, reunidas para su capítulo general. Finalmente, antes de llegar a su casa de Santa Marta, afuera de la entrada del Perugino del Vaticano, se detuvo para saludar a la policía y al personal militar para agradecerles por su servicio.

Foto: ALBERTO PIZZOLI – AFP