La opinión de nuestro especialista Flecha Lástrico.
A falta de los estrenos de Aquaman 2 y Wonder Woman 3, Flash podría y debería considerarse ya un cierre a esta etapa anterior del DCU.
La película en sí es divertida y, a pesar de no encontrar el equilibrio entre sus virtudes y sus defectos, consigue enmudecer al público, hacerlo vibrar y, en general, gustar. En términos de puesta en escena, es difícil deducir el estilo de su director, aunque tiene mucho de It y de It Capítulo 2 (2019). Sobre todo en movimientos de cámara muy locos dentro de escenas de acción que mezclan con fina rigurosidad lo práctico y lo digital.
Sin embargo, aquí nos topamos con uno de los principales problemas. Si bien a veces ese CGI es indistinguible o, sencillamente, está bien integrado; todo lo relacionado con rostros, pieles, seres humanos… son bastante aborrecibles. Es como estar viendo la cinemática de un videojuego. Sucede algo con unos bebés al principio de la peli que, aunque gracioso, llega a ser de un bochorno ingestionable.
Lamentablemente este entorpecimiento visual nos distrae de lo divertida y lo épica que es, aunque si lo dejamos pasar, lo mismo vamos a disfrutar de uno de los tanques de este año.
Ezra Miller es un protagonista magnífico, con su aspecto físico y una entrega sin límites que le permite ir desde el humor a la desesperación y que lo hace un Flash identificable e inolvidable. Sasha Calle como Supergirl, resulta hipnótica. Lo mismo Maribel Verdú y los siempre probados Michael Keaton, Ben Affleck y un dasaprovechado Michael Shannon (muchas de sus escenas deben haber quedado en el corte del director). A propósito, el director argentino deja un par de chistes que hacen a nuestro folclore y eso se agradece.
Flash es buenísima y malísima al mismo tiempo. Es ambiciosa y, gracias a ello, consigue cosas muy interesantes. Sin caer en el descontrol debido a la cantidad de personajes, sí que abusa demasiado de recursos estéticos y de CGI, pero eso es lo que tienen las películas hoy en día.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️